Otra pieza de un puzzle redondo
El convenio firmado ayer es una pieza más del complejo puzzle que el Valencia está encajando para conseguir un nuevo estadio sin coste para la entidad a la vez que devuelve la salud financiera al club a golpe de operaciones urbanísticas -tiene una deuda de unos 126 millones-. Y en todo el proceso, ha sido el presidente del Valencia, Juan Bautista Soler, quien ha marcado los tiempos y ha llevado al Ayuntamiento a su terreno. Primero, evitando la titularidad municipal y el estadio compartido con el Levante. Luego esquivando el acuerdo -firmado por Soler, Barberá y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps- de crear una sociedad mixta para la ejecución y gestión de las instalaciones. Y ahora con la titularidad propia y el cambio de uso de la parcela.
No es ninguna broma la recalificación de suelo a uso terciario. En el concurso abierto para elegir un nuevo estadio en un plazo de tres meses -en el que Llanera, Arena y IMG están especialmente bien situadas entre un total de seis aspirantes- se puso como condición a las firmas que corrieran con los gastos de construcción a cambio de la explotación de los locales que permite el aprovechamiento terciario durante un número de años a negociar. De esta forma, el gasto del coliseo sería nulo, mientras que el valor del solar, tras el cambio de uso, alcanza un valor mínimo de 250 millones, según apuntó ayer Rafael Rubio.
Paralelamente, el convenio aborda la recalificación de los solares del campo de Mestalla (88.000 metros cuadrados de edificabilidad), que se encuentra en pleno proceso, y se dedicará a uso "plurifamiliar residencial, con compatibilidad terciario en la proporción que se establezca", además de 10.000 metros cuadrados de zonas verdes y 6.500 de educativo-cultural y sanitario "a concretar". El cambio le dará al Valencia unos 530 millones de euros, según calcula el club, al que habría que restar el coste de las parcelas que se usarán para hacer el trueque con el terreno del nuevo estadio.
A todo ello se suma el Programa de Actuación Integrada (PAI) de Porxinos, donde la directiva del equipo valenciano pretende constuir la nueva ciudad deportiva tras asegurarse 180 millones de euros por la revalorización de los terrenos. A su vez, el club pretende recalificar las actuales instalaciones de Paterna.
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