La calle de la Diputació de Barcelona llegará hasta la Gran Via a partir de 2006
La vía se prolongará y atravesará Creu Coberta para descongestionar la plaza de Espanya
La calle de la Diputació de Barcelona atravesará Creu Coberta y llegará hasta la Gran Via. Las obras de prolongación empezarán a partir de 2006. La reforma estaba prevista en un plan especial que fue aprobado en 1994, pero su ejecución se ha pospuesto hasta ahora por la envergadura de la intervención, que exigirá el derribo de 17 edificios. Su objetivo es descongestionar la plaza de Espanya, en la que confluye el tráfico de cuatro importantes arterias de la ciudad -Tarragona, Aragó, Gran Via y Paral.lel- y donde ahora se construye un gran centro lúdico y comercial.
Todo parece indicar que la prolongación de la calle de la Diputació atravesando Creu Coberta para desembocar en la Gran Via, a la altura de la calle de la Bordeta, tiene ya fecha. Será a partir de 2006. La prolongación de esa calle fue aprobada en un plan especial en 1994 y poco a poco el entramado comercial del arranque de la carretera de Sants fue languideciendo, entre otras razones porque, para que la calle de la Diputació crezca unos 200 metros es necesario que las excavadoras se lleven por delante 17 edificaciones. Los afectados conocían el proyecto, pero dudaban de que llegara a ejecutarse. Ahora, la reforma está a punto de materializarse.
Será la primera calle del Eixample barcelonés que culmine en un giro de prácticamente 90 grados. Diputació parece morir ahora en la calle de Tarragona. En realidad, continúa unos poco más después de atravesar esa vía, unos 20 metros aproximadamente, hasta el cine Arenas, al lado del hotel Plaza. La prolongación se hará precisamente a partir de ese punto. La calle continuará justo por detrás del hotel hasta llegar a Creu Coberta, la cruzará y continuará hasta la altura de la calle de Leiva y, a través de la actual calle de Mir Geribert, empalmará con la Gran Via.
Evitar la plaza
La prolongación de la calle de la Diputació forma parte de un proyecto diseñado hace años para descongestionar la plaza de Espanya por un lado ya que el tráfico de Diputació se ve obligado a atravesarla. Se trata de una ruta que recorre, además, buena parte de los vehículos que bajan por la calle de Tarragona -una de las vías de penetración desde la Diagonal hacia el Eixample y el sur de la ciudad- y la mayoría de los que circulan por la calle de Aragó. El resultado es que la plaza de Espanya sufre frecuentes embotellamientos, especialmente cuando se celebran acontecimientos en el recinto ferial adyacente a la plaza.
La situación es previsible que se agrave cuando entre en funcionamiento el nuevo centro lúdico y comercial que se está construyendo en la plaza de toros de Las Arenas.
Pero además de aligerar el tráfico de la plaza, hay otro motivo que impulsa la ejecución del proyecto: "Queremos revitalizar el arranque de la Creu Coberta para que se integre en lo que es la carretera de Sants, una rambla de paseo con un eje comercial muy potente", indica el gerente del distrito, Josep García Puga. Desde hace años, el mercado de Hostafrancs ha marcado una frontera en el dinamismo comercial del barrio.
La razón de la demora en la prolongación de la calle de la Diputació es de orden técnico y urbanístico: esa parte de la ciudad tiene una trama urbana muy densa, con gran cantidad de viviendas y locales comerciales. De la calle de Creu Coberta desaparecerán los números impares 25, 27 y 29 y los pares 20, 22, 24 y 26. Una treintena de familias tienen que ser realojadas en viviendas que están ya disponibles, según el gerente.
El distrito de Sants-Montjuïc lleva años con los trámites de expropiación de los edificios con número impar. De hecho, el 27 ya ha sido derribado. Las excavadoras han dejado al descubierto un boquete.
Los responsables del distrito prevén que los trámites de expropiación de las fincas afectadas en el lado impar acaben aproximadamente a mediados de 2006. De momento, los locales -el restaurante Portonovo y la papelería Morella- siguen activos. A partir de ese punto se empezará a trabajar en el diseño del nuevo vial hacia la Gran Vía.
El lado de los números pares afectado es harina de otro costal. Son propiedad de la inmobiliaria Sastre. "Tienen interés en actuar", explican desde el distrito. Una vez tomado el espacio para la prolongación de la calle de la Diputació a través de Creu Coberta, la futura distribución del espacio dejará libres 4.529 metros cuadrados de superficie. En ella se ubicarán equipamientos privados, en una edificación de planta baja y 6 pisos, y 50 viviendas de mercado libre.
El distrito estima que el año próximo comenzarán los trabajos por el lado de los números impares y a partir del verano de 2007 se abordarán las obras correspondientes a los pares.
Adiós al Rei de les Gorres
Un afectado urbanístico es, a menudo, una persona que no tiene demasiada información sobre su futuro. Ésa parece que es la situación de algunos afectados por la prolongación de la calle de la Diputació, sobre todo los comerciantes. Es el caso, por ejemplo, de los encargados de un bar-francfort que desaparecerá. "Yo me jubilo en mayo próximo, espero que esto no desaparezca antes", explicaba uno de ellos. Insistía en que desconocía por completo cómo iban las negociaciones.
Al lado, la tienda de la cadena deportiva Interesport lleva meses con el letrero de liquidación por cierre. Pero la prolongación de Diputació afecta a uno de los comercios más antiguos no sólo del barrio, sino de Barcelona: la sombrerería El Rei de les Gorres. Es casi centenaria -se abrió en 1915- y es una de las pocas sombrererías que sobreviven en Barcelona. En su interior, estanterías y grandes cajas dan fe del paso del tiempo. Letras barrocas detallan el contenido de las cajas de un color cetrino.
La tienda llegó a tener un pequeño taller en el interior en el que trabajaban tres personas. "Eran otros tiempos", resume con cierta tristeza la propietaria del negocio, Maria Rosa Ferrer, nieta del fundador. No tiene noticias de su futuro, pero sigue atendiendo como siempre a sus clientes de siempre: "No se empeñe, que esa no le va bien", le repite, paciente, a una anciana a la que apenas se le pueden ver los ojos. La gorra, definitivamente, le viene grande.
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