Carles Viver asegura que "sólo desde la mala fe" se puede calificar el Estatut de intervencionista
En plena discusión, a veces acalorada, sobre la reforma del Estatut, una de las voces más autorizadas para arrojar luz sobre el proyecto, Carles Viver Pi-Sunyer, director del Instituto de Estudios Autonómicos, aseguró ayer que el "problema" que subyace en el debate "no es jurídico, sino político, y pasa por saber hasta dónde el Estado está dispuesto a redistribuir su poder político y sus recursos económicos".
Lo que está en juego es, a juicio de Viver, el reconocimiento de "la autonomía política" de las comunidades autónomas, pues los 25 años de experiencia de autogobierno en Cataluña "han demostrado" que el Estado ha convertido a las autonomías en "meros" ámbitos administrativos, que se han ido vaciando de contenido. De hecho, en opinión del jurista "no puede haber autonomía política sin la posibilidad de tener políticas propias".
De este modo, Viver, que desde el instituto proporcionó a la ponencia estatutaria documentos de trabajo, rebatió en una conferencia en el Ateneo Barcelonés algunas acusaciones que algunos partidos, entre ellos el PP, han vertido contra la reforma, y comentó que sólo desde "la mala fe" se puede sostener que el nuevo Estatut es "intervencionista".
Por eso, no dudó en aportar de manera clara y didáctica argumentos jurídicos para defender la plena constitucionalidad del texto. "Tenemos argumentos buenos para rebatir estas acusaciones", afirmó. El ex vicepresidente del Tribunal Constitucional explicó que la reforma de Estatut "no da a la Generalitat ni una nueva facultad pública de control y supervisión que no esté en el ordenamiento jurídico".
Traspaso de competencias
Las acusaciones de "intervencionismo" se deben, sostuvo el jurista, a que "algunas facultades que estaban en las leyes ordinarias se hacen más presentes ahora en el nuevo Estatut, y que, además, otras del Estado se traspasan a la Generalitat". Viver, que también es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Pompeu Fabra, llegó a decir que "hasta un niño pequeño sabe que trasladar la titularidad no supone incrementar el intervencionismo", y argumentó que si la Generalitat posee ahora competencias que antes tenía el Estado, "simplemente" la competencia ha cambiado de manos. Asimismo, admitió que la voluntad de "precisar" las funciones y materias de las competencias ha hecho del Estatut un "texto largo", situación que justificó al referirse al "detalle" con que se están elaborando otras normas en el conjunto de la Unión Europea, como el Tratado de Constitución.
Viver insistió en que cuando "se trata de repartir el poder, hay que concretar". También declaró que el término nación es polisémico porque, de hecho, "hay naciones culturales que se superponen". Por eso opinó que la expresión "nación de naciones" es constitucional.
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