La Comisión presiona al Reino Unido para que aporte más dinero
España insiste en lograr más recursos para política regional, investigación e inmigración
Cuando sólo faltan tres días para el Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno que debe aprobar las Perspectivas Financieras 2007-2013, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y la mayoría de ministros de Exteriores de la Unión, como el francés Philippe Douste-Blazy y el español Miguel Ángel Moratinos, coincidieron ayer en redoblar sus exigencias a Reino Unido para que aporte más dinero a las arcas comunitarias.
Durante el consejo de ministros de Exteriores de la UE celebrado ayer en Bruselas, el debate presupuestario apenas duró un minuto, continuando así la estrategia que ha mantenido Reino Unido de dejarlo todo para el último momento. El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, anunció que no presentará una nueva propuesta hasta mañana, pero advirtió: "No firmaremos un acuerdo a cualquier precio".
El precio que debe pagar Londres para sellar un acuerdo lo detalló ayer Douste-Blazy al exigir una mayor rebaja del cheque británico, que cifró en unos 14.000 millones de euros durante el periodo 2007-2013. Las cifras que maneja París sobre el cheque británico son las siguientes: el mecanismo actual del cheque, sin modificación alguna, aportaría una creciente cantidad de recursos a Reino Unido que alcanzaría los 50.000 millones de euros en los próximos siete años. Francia, Italia y España son los principales contribuyentes de esa factura. La presidencia británica ofreció una rebaja de 8.000 millones, con lo que el montante total del septenio quedaría en unos 42.000 millones. París exige una rebaja más elevada, para que lo que reciba Londres se sitúe entorno a los 35.000 millones de euros en total, lo que equivaldría a mantener su nivel de los últimos años. Francia exige además que el recorte sea permanente.
También coincidió sobre la permanencia del recorte del cheque el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, que ayer envió una segunda carta al primer ministro británico, Tony Blair, en la que le planteaba la revisión de su propuesta en varios aspectos. Barroso señala en su misiva que "la ampliación actual y futura, la competitividad y la apertura comercial cuestan dinero. El acuerdo final por esto debe aumentar el gasto total, poniendo el énfasis en un moderno crecimiento y en el empleo", una de las políticas que ha recortado precisamente Blair. Barroso insistió en ofrecer "una mayor posibilidad de inversión a los nuevos países miembros".
El titular de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, recordó ayer a Straw las condiciones que debería cumplir la propuesta presupuestaria británica para que España pudiera aceptarla. La posición española coincide con la francesa en la exigencia de una mayor aportación británica a las arcas comunitarias, a través de la reducción de su cheque. Moratinos coincide también con Francia en que una eventual revisión de la Política Agrícola Común (PAC) no debería en ningún caso entrar en vigor antes de 2014. Douste-Blazy se mostró dispuesto a iniciar la discusión sobre la PAC durante el próximo presupuesto, pero que su entrada en vigor sería después de 2013.
Moratinos detalló ayer la agenda de reivindicaciones de España que se refieren a tres asuntos: La constitución de un fondo tecnológico, un mayor gradualismo en la reducción de los fondos regionales que pierde España por su mejora relativa de la renta y un paquete de recursos para atender los costes adicionales que supone la inmigración por la posición geográfica de España al sur de Europa. El líder del PP, Mariano Rajoy, anunció ayer su "apoyo expreso" al Gobierno en las negociaciones "para lograr un acuerdo justo y equilibrado" en el nuevo presupuesto comunitario, informa Pilar Marcos. Esa doble condición de equilibrio y justicia se cumplirá, según Rajoy, si el coste de la ampliación de la UE se reparte de acuerdo al PIB de cada país, si ninguna región española queda "discriminada" respecto a cualquier otra de la Unión.
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