Chile descubre la inseguridad

Las tiendas de Vitacura, una de las comunas -divisiones administrativas- de Santiago de Chile, apenas protegen sus mercancías, muchas de ellas costosas, con un cristal común de escaparate y una alarma. Son los negocios más lujosos de Chile y hasta ahora sus dueños no habían tenido que gastar mucho más en seguridad; no en vano el país presentaba los índices más bajos de delincuencia de Suramérica. Pero algo ha cambiado. Los comerciantes han comenzado a instalar cristales contra impactos, mientras en el centro de Santiago se advierte a locales y visitantes de peligro de los cogoteros, asaltantes en la vía pública. Las estadísticas siguen marcando niveles de delincuencia similares a los de hace casi 10 años, pero la inquietud por la seguridad se ha instalado, de momento, en la sociedad chilena.

Y claro, rápidamente los equipos de campaña de los candidatos a las presidenciales de mañana recogieron el testigo. Especialmente los de la derecha. Así, durante el primer debate presidencial entre los cuatro principales aspirantes, el derechista Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente, al ser preguntado por el tema exhibió el carné de identidad de un comerciante con un agujero provocado por una bala durante un asalto. Lavín, tercero en las encuestas, pero con posibilidades de pasar a la segunda vuelta, ha hecho de la inseguridad ciudadana una de sus banderas y, además de proponer un fuerte endurecimiento de las penas, ha lanzado la polémica idea de crear una cárcel-isla en el sur de país para delincuentes peligrosos.

"En Chile se ha producido un crecimiento objetivo de los delitos en la calle, que son los que tienen una mayor repercusión social, y es cierto que el crecimiento se ha agudizado desde el año 1997, pero es una tendencia que comenzó en los ochenta, bajo el régimen de Pinochet", explica Hugo Frühling, director del Centro de Estudios de la Seguridad Ciudadana, quien subraya que aunque el tema ha sido sobrevalorado en campaña sí que existe una percepción ciudadana de inseguridad, "semejante a la que pueda tener la población en otros países que objetivamente están mucho peor, como Colombia".

Las estadísticas comparativas muestran que Chile es el país con menos robos con violencia de Suramérica, muy por debajo de Brasil y Colombia, a la cabeza de la tabla, seguidos de Paraguay, Bolivia y Argentina. Además, y a diferencia de lo que ocurre en países vecinos, la fuerza de carabineros se encuentra entre las tres instituciones que más confianza generan entre el público. Sin embargo, en las cifras comparadas de robos en los edificios y domicilios, Chile se coloca junto a Paraguay en lo alto de la clasificación, y aquí se genera la alarma social.

Las propuestas de Lavín provocan polémica, pero reflejan una preocupación creciente de la sociedad, y los demás candidatos han tenido que abordar un tema que perjudica especialmente a Michelle Bachelet, la candidata de la Concertación, la coalición en el poder desde la reinstauración de la democracia hace 16 años y a la que la derecha culpa del deterioro de la situación.

"Hay niveles de temor elevados, pero no responde a los datos; además en Chile son infrecuentes fenómenos como los secuestros o las formas violentas de crimen organizado", destaca Hugo Frühling, director del Centro de Estudios de la Seguridad Ciudadana.