EDF anuncia la reducción de 6.000 empleos y recupera su valor bursátil
Los sindicatos anuncian una "dura respuesta" y preparan huelgas para mediados de enero
El anuncio de que Éléctricité de France (EDF) suprimirá más de 6.000 empleos en los próximos dos años provocó ayer una subida espectacular de las acciones del gigante energético francés, cuya salida a Bolsa hace tres semanas supuso el primer fracaso de este tipo de privatizaciones que preconiza el llamado capitalismo popular. La acción de EDF recuperó ayer los 32 euros que costaba el día de su salida. La súbita evidencia de la aplastante lógica de los mercados financieros levantó una tempestad de críticas contra el Gobierno de Dominique de Villepin.
La noticia, dada a conocer por el diario Les Échos, cayó como una bomba. El presidente de EDF, Pierre Gadonneix, se apresuró a asegurar que la medida es necesaria para adaptar la empresa "a la apertura del mercado y garantizar la renovación de sus competencias"; que ya estaba programada y que había sido anunciada en 2004. "El proyecto industrial que se aplica actualmente se anunció exactamente hace un año", dijo. En 2006 y 2007, explicó Gadonneix, EDF no contratará a más de 2.000 personas, mientras que en este periodo se jubilarán 9.000 empleados, de una plantilla total de 161.310 trabajadores en todo el mundo a través de 75 filiales. Los sindicatos, añadió, ya conocían estos planes.
El primer ministro Dominique de Villepin aseguró que no estaba al corriente de esta decisión cuando su Gobierno decidió la privatización parcial de EDF, pero respaldó totalmente la decisión tomada por el "interés general" de la empresa. "No reemplazar algunas jubilaciones forma parte de las exigencias del mundo de hoy", dijo. "¿Cómo hace una gran empresa como EDF para ser competitiva, para modernizarse, para seguir siendo una gran empresa mundial en el campo de la energía?", se preguntó De Villepin.
Los sindicatos, que se habían opuesto abiertamente a la privatización, reaccionaron indignados y anunciaron una "dura" respuesta. La CGT, mayoritaria en EDF, propuso inmediatamente a las demás centrales depositar un preaviso de huelga para mediados de enero. En su opinión, la reducción de plantilla "muestra claramente la tendencia a una externalización masiva de las actividades" y "tiene por objetivo satisfacer a los accionistas y conseguir el nivel de dividendos que el Gobierno y la dirección se habían propuesto ofrecerles". Fuerza Obrera se pronunció en el mismo sentido indicando que hay una "relación de causa efecto" entre la salida a Bolsa de la empresa, la presión de los mercados financieros y la supresión de puestos de trabajo.
El problema es que la inmensa mayoría de los trabajadores de EDF adquirieron paquetes muy importantes de acciones -8.000 euros de media por empleado- a precios muy por debajo de los 32 euros que pagaron los pequeños inversores y los 33 euros que debieron desembolsar los bancos y fondos de pensiones.
Esta estrategia del Gobierno, que les reservó un 2,25% del capital, había bloqueado en cierto modo las acciones sindicales contra la privatización. La oposición socialista, por su parte, que ha incluido en su programa, con vistas a las próximas elecciones presidenciales, la promesa de renacionalizar el capital de EDF que cotiza en Bolsa, habló por boca del ex primer ministro Laurent Fabius. "La privatización de EDF por el Gobierno se traducirá en menos empleos y eso es escandaloso", dijo. El presidente del grupo socialista en el Senado, Jean-Pierre Bel, calificó la medida de "despidos bursátiles".
Caída estrepitosa
El pasado 21 de noviembre, tan pronto se abrió la Bolsa de París, la acción de EDF protagonizó una caída estrepitosa de hasta un 20%. La mayoría de los pequeños accionistas habían dado órdenes de venta creyendo que se repetirían las importantes subidas que protagonizaron anteriores privatizaciones como la de Gaz de France. A mediodía, los bancos que habían pagado las acciones a 33 euros -empujados por el Gobierno y también por la posibilidad de hacerse con las acciones más baratas- consiguieron levantar la cotización hasta el precio de salida. Pero durante los días siguientes los títulos se mantenían por debajo de los 32 euros, confirmando la teoría de que habían sido sobrevalorados.
Los gastos de personal de EDF -la primera eléctrica de Europa- suponen el 20% de sus ingresos, una cifra que los expertos consideran excesiva y que es casi el doble que la de la alemana E.ON AG -la segunda europea-, que no llega al 10%. Según datos de la agencia Bloomberg, EDF ganó 8.419 euros por empleado en 2004, mientras que cada uno de los 69.710 trabajadores de E.ON aportó 62.240 euros de beneficio. La reducción de plantilla de EDF supone un ahorro de 1.500 millones de euros en el periodo 2005-2007.
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