Ingresa en prisión el compañero de la mujer asesinada en Sevilla de un tiro en la frente
El acusado insiste en que el arma se le disparó de forma accidental cuando la limpiaba
Enrique Ramírez, de 21 años, ingresó ayer en prisión preventiva tras ser acusado de matar a su pareja de un tiro en la frente. El hombre insistió, en su declaración en el Juzgado de Violencia de Género de Sevilla, en que el arma se le disparó accidentalmente mientras la limpiaba. Un supuesto que no se creen los investigadores porque dicen que, para que un revólver se dispare, hay que accionarlo. Susana Vega recibió el viernes por la noche un tiro entre ceja y ceja cuando estaba sentada en el sofá de su casa y sostenía a su hijo de un año en los brazos. Murió horas después.
Susana Vega fue enterrada ayer en el cementerio de San Fernando (Sevilla), mientras su familia juraba venganza. El padre de ella cumple prisión en la misma cárcel donde ha ingresado el supuesto homicida. Acudió al funeral escoltado por dos policías.
La autopsia revela que la trayectoria de la bala fue de arriba hacia abajo, según la madre de la víctima. Susana falleció en el hospital Virgen del Rocío el sábado por la mañana. Allí fue donde la policía detuvo al padre de su hijo que fue quien la trasladó al centro la noche anterior. La pareja vivía en Los Pajaritos, un barrio obrero de la capital andaluza.
La madre de Susana, Rosario Márquez, aseguró que las amigas de su hija sabían que Enrique la maltrataba y cuentan ahora que él la amedrentaba con matar su madre si le decía algo a la familia. Una de sus tías afirmó que la madre fue al instituto andaluz de la mujer a pedir ayuda y le dijeron que debía denunciar la víctima, algo que nunca hizo Susana. El Instituto Andaluz de la Mujer, en un comunicado señaló que "no consta" que nadie les haya denunciado la situación familiar de esta mujer.
Gritos de asesino
Gritos de "asesino", "canalla" y "criminal" se oyeron en el trayecto que recorrió el coche fúnebre entre el tanatorio de la SE -30 de Sevilla y el cementerio. Rosario afirma que el arma con la que han matado a su hija la tiene un tal Jacob. La mujer explicó también que su hija ha sido enterrada con "moratones en el cuerpo de la paliza que le propinó el individuo antes de matarla".
Enrique gritó que era inocente mientras dos policías lo trasladaron esposado de los calabozos del juzgado de guardia ante la magistrada que le tomó declaración. Sus padres y sus hermanas estuvieron esperando sentados en un banco para poder abrazarle. La familia asegura que el detenido nunca había maltratado a su compañera. "Nunca le vi un moratón a Susana y estuvo viviendo un año y medio en mi casa", contó la madre, Dolores Gómez. La mujer, en un sollozo constante, repetía que su nuera era "na santa que lo había quitado de robar y de las malas compañías". Su padre, Enrique Ramírez, no sabía que su hijo había comprado una pistola.
El acusado le ha dicho a los suyos que no quiere vivir sin su "gorda" y su familia está convencida de que puede intentar suicidarse en cualquier momento.
Susana y Enrique estuvieron en casa de los padres de él el viernes por la tarde y se fueron, cuenta el matrimonio, 15 minutos antes de que ocurrieran los hechos. Su padre cree que el disparo fue un accidente. "No me cuadra que, en un cuarto de hora, tengan una pelea tan grande como para que le pegue un tiro.
Enrique Ramírez se ha ido a la cárcel llorando con una foto guardada en la cartera que se habían hecho, dice su familia, el mismo día que ocurrieron los hechos. En ella se ve a él con Susana y con su hijo.El niño se encuentra con la familia de la joven fallecida.
El juzgado de violencia contra la mujer ha decretado el secreto del sumario, de momento, por un mes.
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