Nueva York celebra el 'Réquiem' de Tomás Luis de Victoria
La catedral católica de San Patricio fue el escenario del concierto
La catedral de San Patricio de Nueva York se sumó ayer a las celebraciones por el 400º aniversario de la publicación del Réquiem del compositor español Tomás Luis de Victoria con un concierto único interpretado por el grupo de música antigua española Capella de Ministrers y el Coro de la Generalitat Valenciana. La pieza equivale al Quijote en el ámbito de la música antigua, según Antonio Muñoz Molina.
Organizado en colaboración con el Instituto Cervantes y bajo la dirección de Carles Magraner, conductor y fundador de una formación -la Capella de Ministrers- reconocida internacionalmente por su labor de recuperación de clásicos del repertorio español anterior a 1800, con instrumentos de las épocas a las que pertenece el repertorio, el Réquiem sonó en la catedral católica estadounidense más importante de Estados Unidos, con capacidad para 2.200 personas.
La obra se interpretó por primera vez en 1603 pero no se publicó oficialmente hasta dos años más tarde en Madrid. Está concebida como una pieza para seis voces, -dos sopranos, un alto, dos tenores y bajo- y fue escrita para el funeral de la emperatriz María, hermana del rey Felipe II, una mujer que vivió durante años en el Convento Real de las Descalzas de Santa Clara, donde Tomás Luis de Victoria ejerció de maestro de capilla tras pasar casi toda su vida en Roma.
La pieza, dedicada a la princesa Margarita, hija de la emperatriz, no se limita simplemente a la misa. El autor también escribió un moteto funerario (versa est in luctum), la Absolution Libera me, que sigue a la misa, y como punto de arranque el Taedet animam meam para cuatro voces.
Desde el punto de vista puramente musical, el Réquiem de Tomás Luis de Victoria es, en palabras de Antonio Muñoz Molina, director del Instituto Cervantes de Nueva York, "el equivalente al Quijote en el ámbito de la música antigua". Está considerado como la obra cumbre de la polifonía española y es probablemente la misa del renacimiento español que más atención internacional ha recibido a lo largo de los siglos.
Muchos han sido los coros que han abordado esta composición, que además resultó ser la última de su carrera. Sin embargo, el trabajo realizado por la Capella de Ministrers merece particular atención puesto que, bajo la dirección de Magraner, las voces aparecen arropadas por el uso de diferentes instrumentos. Además del órgano, en su propuesta aparecen flautas, violas y otros instrumentos que visten al coro y "ayudan a darle un acompañamiento imaginario al cortejo fúnebre" en palabras del especialista Ignacio Deleyto Alcalá, quien también afirma que la propuesta de Magraner "es rica en expresividad y es más cálida" que la de las interpretaciones de coros anglosajones.
Pero la riqueza de esta obra cumbre del Renacimiento español va más allá de lo puramente musical ya que también posee importantes valores simbólicos.
Babelia
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