Montehermoso desvela la faceta musical de Leonardo da Vinci

Además de pintor, ingeniero, humanista, filósofo... Leonardo da Vinci también destacó como un músico de primer orden, no sólo por sus reconocidas improvisaciones cantoras, acompañado de la lira, sino por los instrumentos que inventó, nacidos de sus investigaciones sobre el sonido y la acústica. Una exposición en el Depósito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso reconoce esta faceta del humanista del Renacimiento por excelencia. La muestra, que recoge además reproducciones de los instrumentos creados por da Vinci, se puede visitar hasta el próximo 31 de enero.

Una atmósfera tecno-renacentista envuelve a los visitantes de la muestra. El espectador de la exposición Leonardo da Vinci y la música entra en un espacio marcado por la exhibición de las reproducciones inéditas de los instrumentos que él diseñó, junto con una serie de juegos didácticos y unos paneles que muestran la complejidad del pensamiento de da Vinci.

Minimalista antes de tiempo, Leonardo da Vinci se recrea inventando instrumentos musicales que suenan como varios a la misma vez. Lo consigue con el órgano de papel, la viola organista, la gaita de fuelle continuo, la campana con apagadores o el tambor mecanizado, que reconstruidos ahora por prestigiosos luthiers de nuestro tiempo, se exponen en esta muestra. Estos instrumentos se podrán escuchar el 21 de diciembre en un concierto en el Centro Cultural Montehermoso.

La exposición se presenta en distintas zonas que muestran al mismo tiempo la riqueza creativa del protagonista. En su inicio, se explora el pensamiento de Leonardo da Vinci, donde el visitante puede contemplar sus cuadernos con anotaciones relativas a la música. El cuerpo central de la exposición está constituido por esa veintena de instrumentos musicales citados. Y el viaje por la exposición se enriquece con la exhibición de reproducciones de los dibujos contenidos en códices de la época, como los Manuscritos del Instituto de Francia, el Códice Atlántico o el Códice Arundel, que han permitido reconstruir con precisión los instrumentos musicales inventados por el genial toscano.

Además, el visitante puede jugar con varios experimentos de acústica construidos también a partir de las anotaciones de Leonardo. Es el momento dedicado a los más pequeños: los estudios del artista afincado en Milán sobre las diferencias tonales en función del volumen de un cilindro harán las delicias de los más pequeños. Lo mismo que la posibilidad de tañer los tubos de un órgano. Y, al mismo tiempo, se pueden observar las relaciones musicales que establecía el humanista italiano con disciplinas tan dispares como la anatomía, la pintura, la mecánica, etc.

Todo ello, en una muestra que trata de recuperar una faceta muy poco conocida del artista natural de Vinci, ya que no hay documentación sobre sus composiciones, salvo referencias indirectas. Sin embargo, la nitidez de sus apuntes y dibujos es tal que los constructores de instrumentos contratados (un japonés, un italiano y cuatro españoles) no sólo han llevado a efecto sus creaciones, sino que han demostrado que pueden hacer música, que es de lo que se trata.