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Greenspan advierte del peligro de un "ajuste doloroso" en la economía

El 'testamento' del presidente de la Reserva Federal avisa del riesgo del déficit exterior de EE UU

Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal estadounidense durante los últimos 18 años, advirtió en lo que se considera uno de sus esperados testamentos de que, "si la deriva perniciosa hacia la inestabilidad fiscal en Estados Unidos y otros países no es frenada y se combina con un retroceso proteccionista de la globalización, el ajuste puede ser bastante doloroso para la economía mundial". Sensible a la preocupación internacional, centró su discurso en el déficit exterior de su país, que "no puede persistir indefinidamente".

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Greenspan acudió ayer a su última reunión, la número 55, con los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-7 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá). Si bien la zona euro todavía no puede dar alegrías de crecimiento económico vigoroso a las reuniones del G-7, los gobernadores de bancos centrales europeos, con Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) a la cabeza, acapararon la atención, tras la decisión el pasado jueves de subir un 0,25% los tipos hasta el 2,25%.

El ministro del Tesoro británico, Gordon Brown, anfitrión del encuentro les recibió con un espaldarazo. "Están actuando para prevenir la recurrencia de la inflación global. La duplicación de los precios del petróleo afecta a la inflación global y cada país industrial avanzado está adoptando las medidas contra ella", dijo Brown.

Fue Brown, quien presentó a Alan Greenspan ante la Conferencia de la Empresa Avanzada, un evento organizado aprovechando la reunión del G-7, para que hiciera su virtual discurso de despedida. Greenspan, de 79 años de edad, dejará el cargo de presidente de la Reserva Federal, el banco central estadounidense, el próximo 1 de enero de 2006.

Sensible a la preocupación que el llamado déficit gemelo (exterior y fiscal) de EE UU ha creado en los últimos dos años en el mundo, Greenspan dedicó su testamento -quizá uno de varios de aquí a finales de año- a examinar el origen y la evolución así como las posibles consecuencias si no es corregido. "Esta tarde me gustaría plantear la hipótesis de que la razón por la que el históricamente elevado déficit por cuenta corriente de EE UU no ha ejercido una persistente presión sobre el dólar, al menos hasta el presente, es porque el déficit refleja una más amplia y durable tendencia financiera en EEUU y en otras partes", dijo. Esa tendencia es el flujo de inversiones y ahorro extranjeros hacia el mercado estadounidense, que financia la compra de bienes y servicios por parte de residentes de EE UU, un flujo atraído por la elevada productividad.

"Por supuesto, los déficit que acumulan una deuda exterior neta siempre ascendente, con el esperado aumento del servicio de la misma, no puede persistir indefinidamente", subrayó. "En algún punto, los inversores extranjeros se sentirán obstaculizados ante una creciente concentración de créditos adeudados por los residentes de EE UU aún cuando la tasa de retorno sobre las inversiones sigan siendo competitivas y comenzarán a alterar la composición de sus carteras". Síntomas, según Greenspan, haberlos, haylos. "Aunque los inversores extranjeros no han reducido significativamente su financiación en EE UU desde 2002, hemos observado una caída en el valor del dólar y una reducción de la participación del dólar como moneda en las carteras mundiales"

El resultado es una "dispersión de desequilibrios". Greenspan reconoce que no existe todavía una comprensión sobre las implicaciones de estos desequilibrios que cruzan todas las fronteras. "Si la tuviésemos, nuestra capacidad de previsión del proceso de ajuste internacional de los últimos años habría sido mejor. Con el tiempo, presumo que aprenderemos", explicó. "Cualquiera que sea el significado y las posiblemente negativas implicaciones del déficit por cuenta corriente, mantener la flexibilidad puede ser la mejor iniciativa para contrarrestar sus riesgos".En la descripción, Greenspan admitió dos alternativas. "Si la deriva perturbadora actual hacia el proteccionismo es contenida y los mercados permanecen lo suficientemente flexibles, el comercio, tipos de interés, precios de los activos y tipos de cambio modificados provocarán el aumento del ahorro en EE UU, reduciendo así la necesidad de la financiación extranjera. Si, por el contrario, la deriva perniciosa hacia la inestabilidad fiscal en EE UU y en otras partes no se frena y es combinada por un retroceso proteccionista de la globalización, el proceso de ajuste puede ser bastante doloroso para la economía mundial". Unas alternativas ponderadamente... preocupantes.

Alan Greenspan, en primer plano. Detrás, el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown.
Alan Greenspan, en primer plano. Detrás, el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown.REUTERS

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