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Reportaje:

Primeras lecciones contra el machismo

La asociación Acción Alternativa enseña a los adolescentes a luchar contra la violencia hacia las mujeres

La primera línea de combate en la lucha contra la violencia machista está en las escuelas y en los institutos. La mejor prevención para evitar semejante lacra es la educación de los niños y adolescentes que pueblan las aulas. Esto es algo que ha aplicado la asociación Acción Alternativa. Sus integrantes trabajan desde hace siete años en actividades educativas con jóvenes. Desde marzo y en el marco de su última campaña, Damos la cara por los buenos trato, ¿y tú?, miembros del colectivo visitan centros educativos andaluces para organizar debates con los chavales de entre 15 y 20 años para abordar el tema de los malos trato. Pero, desde una óptica positiva, es decir, enfatizando el papel que juegan los buenos tratos entre las personas y, especialmente, entre las parejas.

"Porque hay que recordar que la violencia no es sólo el maltrato"

No es fácil mantener atentos a una treintena de alumnos de cuarto de ESO. Ayer lo comprobaron Belén González y Pilar Habas, coordinadoras de la campaña de Acción Alternativa, que visitaron el IES Camas del pueblo sevillano del mismo nombre. Pero tampoco hizo falta mucho esfuerzo. Y es que el tema del maltrato, tal y como lo abordan González y Habas, acerca el problema a los jóvenes a través de la cotidianidad. "A lo largo de estos años hemos ido modificando nuestra manera de acercarnos a los jóvenes para tratar el tema del maltrato. Primero lo hicimos desde la sensibilización y la prevención, pero los chavales, en especial los chicos lo veían como algo lejano", recordaba Belén antes de iniciar la charla frente a los alumnos de Cuarto de ESO que la esperaban. "Hemos ido detectando ciertos problemas que son constantes entre los jóvenes, como los celos o las relaciones de exclusividad y de posesión. Estas actitudes son factores de riesgo en potenciales conductas violentas", explicó González. "Son actitudes que están muy asentadas en la sociedad y ellos las sienten como propias", continuó.

Celos, sentimiento de posesión, desconfianza... Tras una primera charla de presentación e introducción con los alumnos, las dos monitoras repartieron tres historias arquetípicas de amor adolescente preñadas de esos conceptos. Tras su lectura en grupos comenzó el debate sobre el comportamiento de cada personaje, basándose en los sentimientos que le dominan, los valores de éstos y las conductas finales en los que desembocan."A través de una dinámica constructivista partimos de los problemas cotidianos con los que se encuentran los alumnos y tratamos de visualizar los beneficios de actuar de otra manera", señaló González. La finalidad es alejarse de las mentalidades que parten de la desigualdad de género y "que comparten tanto chicos como chicas".

Y el debate comenzó. "A ver, en las historias tenemos el problema de los celos, ¿qué os parece a vosotros esto?", inquirió Pilar Habas. Tras una primera algarabía de posturas comprensivas con estos comportamientos y en contra, Almudena, una de las alumnas zanjó: "No se puede basar la relación en la desconfianza, sin confianza no hay nada". Y Belén González la refrendó: "Los celos son consecuencia del miedo a perder algo o a alguien. Son una inseguridad más".

A lo largo del debate, de más de una hora se trataron otros temas muy cercanos a las vivencias diarias de los chavales, como la dificultad de hacer compatibles los grupos de amigos con las relaciones de pareja o las reacciones machistas de los chicos hacia sus compañeras cuando se encuentran en un ambiente masculino.

"Estamos hablando todo el rato de cosas malas, de problemas, pero tiene que haber alguna forma de solucionarlos, porque si no, ¿dónde está el lado positivo de todo esto?", alertó José María, sentado en la esquina más revoltosa del aula. Pilar Habas fue quien le respondió. "La solución está en que, por ejemplo, las personas celosas reflexionen sobre su conducta. No hay que intentar cambiar a la otra persona, si sentimos celos, pero sí cambiar nosotros mismos".

Las situaciones de tensión son algo inevitable, aunque no las derivaciones violentas. "Porque hay que recordar que la violencia no es sólo el maltrato físico, hay otras muchas formas", recordó González. Como guía de resolución de conflictos, las monitoras explicaron y repartieron su propuesta de acción ante situaciones así. "Hay que tranquilizarse y tratar de averiguar las razones de nuestro sentimiento que ha llevado al conflicto; hablar sin elevar la voz; no interrumpir las explicaciones de la otra persona; emplear frases no acusatorias como 'me siento mal cuando...". Una guía de diez puntos de primeros auxilios en relaciones personales.

Al final de la clase, Belén González y Pilar Habas estaban exhaustas. Y Reyes Maqueda, profesora de inglés del IES Camas, encantada: "Ya era hora de que se hiciese una iniciativa como ésta. Es una campaña preciosa. Ya estaba bien de tanto mensaje negativo entre los más jóvenes".

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