El Chillida-Leku resume la relación del escultor con los elementos de la naturaleza en 44 obras
El libro 'Escritos' reúne textos inéditos que el artista fue redactando de forma dispersa
Eduardo Chillida resumió en una frase el sentido de toda su trayectoria: "La obra es para mí contestación y pregunta". Lanzó interrogantes sobre el espacio, la religión, los derechos humanos,... y, sobre todo, acerca de la naturaleza. El Museo Chillida-Leku de Hernani inauguró ayer Bajo el cielo, sobre la tierra, una muestra que ilustra en 44 piezas su relación con el agua, el aire, el fuego y la tierra. En este mismo espacio se presenta hoy al público Escritos (La Fábrica), que reúne los pensamientos íntimos, en su mayoría inéditos, que el escultor dejó redactados en hojas sueltas.
"Aita solía decir que cuando uno dice la verdad no puede decir demasiadas cosas", recordó ayer Luis Chillida, hijo del escultor y director del museo creado por esta familia de artistas, para subrayar que un creador siempre da vueltas sobre las mismas ideas, aunque lo haga desde perspectivas distintas. De hecho, durante más de medio siglo de trayectoria, Eduardo Chillida
(San Sebastián, 1924-2002) abordó de forma recurrente temas como la creación, los derechos humanos o la religión. Y regresó también una y otra vez a poner sus manos al servicio de la naturaleza, como puede verse en el Chillida-Leku hasta el 10 de abril.
La muestra, la tercera temporal presentada en 2005 en este espacio, reúne 44 piezas -15 esculturas, ocho dibujos, doce fotografías, seis gravitaciones y tres collages- y textos de Jorge Guillén y Gabriel Celaya que exploran la relación del artista con los cuatro elementos de la naturaleza. Hay un único discurso, aunque construido sobre el análisis de cuatro obras del escultor.
Para hablar sobre el agua los responsables del museo han puesto a la vista del público la maqueta en yeso y algunas gravitaciones relacionadas con Elogio del agua, escultura que cuelga sobre un estanque de los muros de una antigua cantera en el parque de la Creueta del Coll, en Barcelona. Para abordar la labor de Chillida en torno al aire, una reproducción a escala reducida de Elogio del aire, pieza de acero ubicada en el aeropuerto de Loiu, y la escultura de alabastro Lo profundo es el aire XIX. Ambas están acompañadas de varios dibujos, una pieza de alabastro, un collage y un texto de Guillén, con quien Chillida entabló amistad en la Universidad de Harvard.
"En esta sala tratamos de enseñar obras que no están en otras partes del museo", indicó Ignacio Chillida, también hijo del escultor y responsable de exposiciones del museo. "No sería exacto decir que aquí está la obra más humana, pero sí la que mi padre hacía con sus manos de forma más íntima".
Las piezas que muestran la relación del escultor con los otros dos elementos de la naturaleza son también de pequeño formato. El fuego lo representa la pequeña escultura Besarkada IV, colocada junto a varias fotografías del artista martilleando el hierro en la fragua, que permiten hacerse una idea de cómo lograba retorcer las esculturas. Finalmente se incluyen varias lurras (terracotas) y dibujos de manos. "Es la tierra observada como materia prima", explicó Ignacio Chilida.
El escultor lanzaba preguntas para tratar de hallar respuestas. Pero no sólo desde la plástica, sino también desde la escritura. "Lo hizo de forma intermitente, sin ningún orden preestablecido, a mano, con su característica letra mayúscula", cuentan sus familiares.
Ahora el libro Escritos recopila en 124 páginas y cinco apartados esos pensamientos paralelos a su obra monumental; esas reflexiones, en su mayoría inéditas, que Chillida iba a puntando en cuadernos, fragmentos de papel, márgenes de dibujos, apuntes u hojas sueltas. La ventana a ese mundo íntimo del artista se abre con Miradas, que incluye pensamientos en torno a la percepción, el conocimiento, el mar o la creación. "Al alba conocí mi obra/ puede ser de mil maneras y sólo de una. Desde la libertad hasta la percepción. Fue mi camino", escribió una vez.
Pero ése es sólo el comienzo. El libro agrupa en Códigos del artista las reflexiones de Chillida en torno al trabajo de la creación. Yo soy un fuera de la ley es un largo texto en prosa que probablemente escribió como borrador de una conferencia, y Preguntas recoge su discurso de entrada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando como síntesis de todo lo que le preocupó como artista a lo largo de su vida. El libro abre en el apartado de Homenajes un espacio consagrado a los tributos que Chillida rindió a personalidades que admiró; desde Pío Baroja a Bach, Joan Brossa o Joan Miró.
Escritos se presenta hoy al público (19.00) en el Chillida-Leku, en un acto en el que el actor Ramón Agirre leerá, acompañado del músico Jabier Muguruza, textos de un artista abierto a cualquier disciplina. "Se puede actuar en campos muy variados, pero (...) lo que tienen en común todas las artes, es que están obligadas a presentar dos componentes que no pueden faltar: la poesía y una dosis de construcción; si no, no hay arte".
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