La opinión de los claustros
Allá por el año 1986, cuando se debatía la LOGSE, el Gobierno socialista de entonces tuvo la idea de convocar a los claustros de profesores para que expresaran su opinión sobre la nueva ley. El rechazo fue masivo porque pensábamos que la extensión de la obligatoriedad de la educación hasta los 16 años tal y como estaba planteada sólo podía rebajar la calidad del sistema, porque pensábamos que la proliferación de conciertos educativos con centros privados haría que muchos alumnos de la clase media optaran por centros concertados y porque sabíamos que esa ley sería la puntilla para la Formación Profesional.
Estuvimos en huelga casi tres meses en una continua sucesión de claustros y rechazos hasta que los sindicatos firmaron prácticamente a nuestras espaldas, a cambio de prebendas económicas, el acuerdo con el Ministerio de Educación.
Desde entonces, ningún Gobierno se ha atrevido a pedir la opinión de los claustros de profesores, los verdaderos expertos, sobre ley educativa alguna, escudándose en acuerdos con sindicatos -que están para otra cosa-, en asociaciones de padres de alumnos o en opiniones de sabios que poco o muy poco saben lo que es un aula. El tiempo nos ha dado la razón a todos los que hace 20 años vaticinábamos el fracaso de la LOGSE, y no estaría de más, con estos precedentes, que se nos volviera a consultar sobre la LOE.
Si esta ley es tan buena y ha nacido del consenso, nadie debería temer el rechazo por parte de la comunidad educativa, que de fracaso escolar sabe más que nadie, y quizá nuestra opinión podría acabar con la crispación suscitada en este tema.
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