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El tribunal del macrojuicio de ETA rechaza la recusación

Los magistrados Ángela Murillo, Luis Martínez de Salinas y Nicolás Poveda, que forman el tribunal que está juzgando a 56 presuntos integrantes de organizaciones del entorno de ETA, rechazaron ayer a límine [de plano] la recusación que por supuesta parcialidad habían presentado contra ellos los ocho acusados que han declarado hasta ahora. El tribunal considera que la recusación ha sido presentada "con manifiesto abuso de derecho" y "como un medio de provocar la suspensión del juicio y la dilación del proceso".

El anuncio realizado por los abogados de la defensa el día anterior se cumplió y ocho de los acusados -los que habían declarado en el juicio hasta ese momento-, encabezados por el supuesto jefe de finanzas de KAS, José Antonio Etxeberria Arbelaitz, presentaron la recusación de los tres miembros del tribunal por falta de imparcialidad objetiva. En el escrito presentado manifestaron que el tribunal se extralimitó en sus funciones, al leer un documento del que sólo se había pedido su exhibición, lo que a su entender supone "una actividad probatoria no solicitada, de carácter exclusivamente incriminatorio, y que exterioriza una vocación de lograr que en el proceso aparezcan elementos que, en su caso, permitan dictar una sentencia condenatoria".

Evitar prácticas dilatorias

El tribunal suspendió la sesión durante toda la mañana para deliberar sobre el caso, y finalmente rechazó la recusación por estimar que responde a fines espurios, ser contraria a la buena fe y entrañar abuso de derecho y fraude legal. El rechazo de plano obedece a evitar prácticas dilatorias y cercenar los intentos de la defensa de suspender la vista.

Esta decisión sólo puede ser recurrida como un motivo más del recurso de casación contra la sentencia que se dicte.

Además, la sesión estuvo plagada de incidentes. Uno de ellos culminó con la expulsión temporal de los acusados de la sala por causar un pequeño alboroto. La presidenta, Ángela Murillo, había cortado al procesado José Luis Elkoro cuando explicaba los contactos que había tenido con ETA, antes de que fuera miembro del consejo de administración de Orain, editora del diario Egin. Elkoro, para el que el fiscal pide 48 años por pertenencia a ETA y otros delitos, está acusado de haber convertido a Egin en un instrumento de propaganda de ETA, pero no de haber mantenido contactos con la banda terrorista en 1977 y 1978. Los procesados aplaudieron a Elkoro y abuchearon a la presidenta.

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Ésta ordenó la expulsión temporal de los acusados y al reiniciarse la sesión, con los procesados de nuevo en la sala, la presidenta advirtió de que no permitiría una nueva perturbación del normal desarrollo del juicio, y de que si ésta se produjera, ordenaría la correspondiente "deducción de testimonio por delito de desórdenes públicos en audiencia ante un tribunal".

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