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Las mujeres gitanas piden integración sin pérdida de identidad

Los hombres son mayoría en las asociaciones del colectivo

Jesús García Bueno

Las mujeres gitanas pretenden caminar hacia la plena integración social y laboral. Al mismo tiempo, desean ser madres y mantener estrechos lazos con su familia. Y todo ello, sin perder su identidad como miembros del pueblo romaní. En el marco de las 13ª jornadas de cultura gitana, que se han celebrado durante dos días en Caixafòrum y que concluyeron ayer, las mujeres reclamaron que estas opciones puedan ser compatibles.

Las seis ponentes que participaron en el debate -todas ellas de etnia gitana- desgranaron los estereotipos que suelen vincularse a las mujeres de este colectivo: que son esclavas del hogar y que están sometidas a la voluntad del marido. Aun reconociendo las dificultades para que su mensaje llegue a ciertos sectores de la comunidad gitana -formada en Catauña por unas 80.000 personas-, las mujeres reivindicaron su autonomía.

"Debemos amar nuestras tradiciones, pero tenemos mucho que aprender de las payas". Lo explicaba el lunes Paula Heredia, una de las conferenciantes que participó en el encuentro, organizado por la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña (Fagic). Heredia destacó el papel de la madre gitana como transmisora del "orgullo de ser gitano" y puso énfasis en la necesidad de escolarizar a los hijos. "Las niñas tienen que ir al colegio, llegar a la universidad y estudiar tres carreras si hace falta".Herminia Muñoz, miembro de la ejecutiva del PSC en Badalona, insistió también en la educación. En este sentido, reconoció que las ponentes y las asistentes a las jornadas son "privilegiadas" dentro del colectivo. Ellas han ido a la Universidad, mientras que el porcentaje de chicas gitanas con estudios superiores es mínimo. Muñoz advirtió de que el nivel de participación de las gitanas en la vida pública es igualmente "muy bajo". Autora de dos libros, es soltera y cree que su estado civil la ha ayudado a progresar en el ámbito laboral. Según la tradición romaní, la edad idónea para contraer matrimonio se sitúa entre los 15 y los 20 años. "Una vez casada, para la mujer es difícil estudiar, porque el marido siempre reclama su compañía", aseveró Muñoz.

De maridos con exceso de celo hacia sus esposas también se habló, y mucho, durante los debates. Las mujeres rechazaron que el machismo exacerbado sea una característica distintiva del pueblo gitano. Admitieron que, en amplios sectores, la preeminencia del varón sobre la mujer aún es una realidad. Pero pidieron no meter a todos los hombres "en el mismo saco" y abogaron por "educar" a los niños para que admiren a sus madres y hermanas desde pequeños.

Uno de los que pretende situarse fuera del saco es Manuel Heredia, presidente de la Fagic. Tras asegurar que la mujer gitana tiene "los mismos derechos y obligaciones" que el hombre, el presidente destacó que, desde hace años, tres mujeres forman parte de la junta de la federación. Y avanzó que, en breve, propondrá a Paqui Perona como "enlace" con la Administración para tratar asuntos relacionados con la mujer.

De enlaces y conexiones, Perona sabe un rato, ya que es mediadora laboral. Perona destacó las dificultades para acceder a un puesto de trabajo. Explicó que hasta hace poco el sector de la hostelería estaba reservado "a las más blancas de piel y las que negaban ser gitanas". La mediadora concluyó que la situación va cambiando porque "la gitana demuestra al empresario que es limpia y muy trabajadora". El respeto a los mayores que propugna la tradición gitana favorece también la integración laboral porque "los niños se quedan en casa con sus abuelos, que pueden echar una mano", reseñó el presidente de la Fagic.

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El concejal Ricard Gomà, presidente del Consejo Municipal del Pueblo Gitano del Ayuntamiento de Barcelona, clausuró ayer por la tarde las jornadas en línea con lo expuesto por las mujeres: "Mal iríamos si la integración se hiciera en contra de la identidad; allí donde se ha practicado, el asimilacionismo ha fracasado", dijo. Gomà, no obstante, dio la vuelta al argumento y pidió que la cultura caló "no represente un obstáculo para la plena integración social y laboral de este pueblo".

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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