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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tiempos difíciles para el liderazgo

PAUL A. SAMUELSON

En los tiempos que corren, nadie -y tampoco el sabio economista Ben Bernanke, que sucederá a Alan Greenspan como presidente de la Reserva Federal- puede suponer que la reciente recuperación del dólar se va a prolongar en el futuro. Los huracanes, el terrorismo y la inepta ambición exterior de nuestros líderes han acelerado el enorme endeudamiento exterior estadounidense y las tendencias al déficit presupuestario.

¿Qué significan estos contratiempos para las perspectivas estadounidenses en 2006-2008? ¿Está la poderosa locomotora estadounidense, que tanto ha contribuido al crecimiento mundial de 1990-2005, a punto de calarse? En primer lugar, preguntémonos si en 2006 surgirá en la UE una locomotora capaz de apuntalar el crecimiento del PIB mundial. Mientras los principales países de la UE -Alemania, Francia, Italia- sigan experimentando tasas de desempleo crónicas que duplican la de EE UU o incluso la de Dinamarca, veo poca esperanza racional de ayuda desde esas fuentes continentales. ¿Surgirá una locomotora china capaz de compartir la carga con la estadounidense?

China vende mucho en competencia con las empresas de otros países que pueden proporcionar empleo a los trabajadores del resto del mundo

Sí, antes de 2050 EE UU tendrá que compartir su liderazgo mundial con China. Pero hasta 2010 el efecto de la economía china será tan estimulante como depresivo. ¿Por qué? China compra mucho en el extranjero; pero también vende mucho. Y lo hace en competencia con las empresas que pueden proporcionar empleo a trabajadores no residentes en China. La pérdida de muchos puestos de trabajo estadounidenses a favor de China significa que parte del impulso de la locomotora china se produce a costa de la pérdida del tirón estadounidense.

Esto me lleva a plantear dos previsiones alternativas para EE UU. Planteo primero la previsión más probable y menos pesimista, según la cual los precios del petróleo de la OPEP pueden mantenerse aproximadamente en el elevado precio de 50 dólares por barril. Pero no deben dispararse por encima de los 70 dólares. Un resultado moderado como éste reduciría las posibilidades de que en EE UU se produjera una estanflación que llevara a la nueva Fed de Bernanke a subir drásticamente los tipos de interés, para cumplir su promesa de mantener la tasa de inflación por debajo del 2,5% anual. Mi primer supuesto descarta un estallido repentino de la burbuja inmobiliaria. Como nuestros prestamistas bancarios no han prestado excesivamente, como hicieron en la década de 1980, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, supongo que nuestra economía podrá capear bien esta vez una considerable caída del precio de la vivienda.

Lo que llevaría a EE UU a mi previsión más pesimista sería una combinación de acontecimientos aciagos: la caída de los beneficios empresariales, el hundimiento de los precios en Wall Street, descensos de la productividad y convulsiones derivadas de una explosión en los precios energéticos de la OPEP. Estoy de acuerdo en que una verdadera recesión estadounidense en 2006, con varios trimestres de disminución del PIB real, provocaría un tirón a la baja en la producción mundial. ¿Contemplaremos algún día la presidencia de Clinton, con sus excedentes presupuestarios, las aceleraciones en la productividad total de los factores y el mantenimiento de las coberturas sociales, como una especie de edad de oro perdida?

© 2005. Paul Samuelson.

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