La editorial Algaida crea una colección de narrativa histórica

La editorial sevillana Algaida acaba de sacar a la calle una colección dedicada a la novela histórica. Las dos apuestas narrativas de la colección Algaida Histórica bucean en el pasado español. Un siglo XVII de amarga actualidad por su propensión a las secesiones territoriales es el escenario de El rey de las almadrabas, de Carlos Algora. De buitres y lobos, de Francisco Galván, se centra en la llegada de los visigodos a la península Ibérica.

La novela histórica copa las librerías y atrae a nuevos lectores. Para muchos, supone una forma cómoda de adentrarse en la Historia sin pasar por áridos manuales y estudios. Para otros, el placer de leer historias en las que ocurren muchas cosas es el mayor de los alicientes. Algaida ha apostado por un género que vive momentos dulces. "Dado el interés por la temática histórica, hemos decidido montar una colección basada en temas españoles y episodios históricos un poco colaterales y que no han recibido un tratamiento novelístico excesivo", explica Miguel Ángel Matellanes, editor de Algaida.

La novela histórica mantiene muchos hilos de unión con la narrativa de aventuras. Matellanes recuerda que "todo lo que sea novela de género -histórica, negra, de ciencia ficción...- tiene, según muchos críticos literarios, una consideración de segundo rango". "Y lo cierto es que la gente quiere que le cuenten historias. Las propias características del género obligan a las novelas históricas a contar historias. Lo mismo ocurre con las novelas negras", dice Matellanes.

El editor de Algaida agrega que la narrativa histórica tiene otra ventaja: su larga vida en un mundo en el que los libros son desplazados de las mesas de novedades en un tiempo cada vez más breve. "Las novelas históricas entran en un circuito de fondo. Hay novelas históricas que llevan 10 años en las estanterías de las librerías", comenta Matellanes.

Las dos novelas que inician la andadura de Algaida Histórica se centran en dos episodios no demasiado tratados en la narrativa española. El rey de las almadrabas, de Carlos Algora (Almadén de la Plata, Sevilla), recorre un escenario marcado por la crisis y la decadencia. El siglo XVII traza el inicio del declive de un imperio en el que no se ponía el sol. Hernán, un pícaro del Arenal sevillano, es acogido en el palacio del duque de Medina Sidonia.

Hernán, que prestará sus servicios al aristócrata, asistirá al ocaso de la monarquía de los Austrias mientras España se rompe. Portugal se independiza. Hay una sublevación en Cataluña. Y las intrigas para crear un reino independiente en Andalucía son otra puñalada para el reino. "Es una novela de intriga. El conde-duque de Olivares late al fondo de esta novela mientras trata de llevar adelante un proyecto que fracasó", asevera Matellanes.

Por su parte, De buitres y lobos, de Francisco Galván (Madrid, 1958), relata, en clave de misterio y aventuras, la historia de la llegada de los visigodos a la península Ibérica. Wulfric -uno de los guerreros visigodos más prestigiosos- es enviado a Hispania por el rey Eurico. Corre el año 470 y unos sucesos terroríficos obstaculizan los planes de Eurico para ocupar Hispania. Hay rumores de ceremonias demoniacas y rituales de canibalismo. Y muchos apuntan a los visigodos como responsables de estas barbaridades.