Los empresarios apuestan por la integración ecónomica de la ribera Sur del Mediterráneo

La constitución de una zona de libre comercio que abarque a todos los estados ribereños del Mediterráneo en 2010, un objetivo trazado hace diez años a raíz de la Declaración de Barcelona, exige la previa integración económica y comercial de los países de la ribera Sur. Los avances son lentos, pero la VI Cumbre Empresarial Euromediterránea, celebrada ayer en Valencia, dio carta de naturaleza a la unión de organizaciones patronales de todos los países de la ribera Sur que estrenó un instrumento de de intercambio empresarial para hablar con una sola voz.

Representantes de una treintena de organizaciones empresariales de distintos países europeos, desde España hasta Irlanda, y de varios países de la ribera Sur del Mediterráneo, desde Turquía hasta Marruecos pasando por Jordania, se dieron cita ayer en Valencia con ocasión de la VI Cumbre Empresarial Euromediterránea, un foro que estrenó su andadura en octubre de 1995, también en Valencia, y que apuesta desde sus orígenes por la efectiva constitución de una zona de libre comercio en todo el Mediterráneo paralela al impulso de la cooperación política e integración social consagradas en la Declaración de Barcelona, que cumple diez años el próximo fin de semana.

La última cumbre, celebrada en Estambul, acordó la creación de la denominada Unión Mediterránea de Confederaciones Empresariales (UMCE) que acoge a representantes patronales de todos los países ribereños, desde Turquía hasta Marruecos a excepción de Israel, "una zona que abarca a 320 millones de potenciales consumidores", según destacó Habib Yousfi, el argelino que ejerce como primer presidente de la organización.

José María Lacasa, director de relaciones internacionales de la CEOE, subrayó la importancia de la ocasión. "Desde 1995 se ha insistido en la necesidad de reforzar la colaboración Sur-Sur", explicó Lacasa, "la Unión Europea ha establecido acuerdos de colaboración con cada uno de los estados de la ribera Sur, pero siempre hemos echado en falta una organización visible que permita identificar los intereses conjuntos de la ribera Sur". Lacasa apuntó que, a lo largo de la cumbre, los empresarios de ambas riberas constataron que un mercado potencial de 320 millones de consumidores "debería haber sido capaz de atraer más comercio internacional y, sobre todo, un mayor flujo de inversión", pero la desagregación económica de la zona complica la situación.

Joan Trullén, secretario general del Ministerio de Industria, abundó en el mismo problema en unas reflexiones que compartió con un grupo de periodistas. "Marruecos y Argelia están entre los siete destinos que consideramos prioritarios para la inversión española en el exterior", dijo Trullén, "pero la efectiva integración Sur-Sur resulta muy compleja, las relaciones entre vecinos no siempre son buenas y muchos países tienen carencias alarmantes".

Hacia esa integración apunta el primer documento elaborado por la UMCE, un documento que insta a los responsables políticos de los estados de la ribera Sur a adoptar medidas que garanticen la competitividad de sus economías. "Es el equivalente patronal a los acuerdos de Lisboa de la UE", resumió Lacasa.

La conclusión más relevante de la cumbre de Valencia insta a los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán este fin de semana en Barcelona a "mejorar el sistema bancario y los mercados financieros" para favorecer la efectiva constitución de empresas con socios de ambas riberas en condiciones de mercado accesibles, sobre todo, a pequeñas empresas.