Jubilación forzosa
He tenido noticia por la prensa de la jubilación impuesta y forzosa a Fernando Fernández Gómez, que ha sido director del Museo Arqueológico de Sevilla durante más de 30 años. Su único delito es, al parecer, haber cumplido 65 años. Quisiera manifestar que es una contradicción que los funcionarios que desarrollan su actividad intelectual en otros ámbitos (Universidad, etc.) puedan, si lo desean, mantener sus cargos hasta los 70 años, y no se dé este mismo trato a un director de museo, vulnerando con toda seguridad sus derechos. Es un contrasentido, además, perder al frente del Museo Arqueológico a alguien en plenas facultades, con una experiencia adquirida de tantos años, y tan acreditada y demostrada valía. No sólo es una contradicción y una tremenda injusticia, sino además una enorme ingratitud hacia personas como Fernando, que han sacrificado lo mejor de su vida (y hasta sus vacaciones) trabajando incluso a deshoras por ese museo. Todo el mundo sabe que si ese museo ha llegado a ser lo que es, se debe en gran parte a su trabajo, vitalidad, ilusión e interés.
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