El Prat crecerá 200 hectáreas hacia el norte con el cubrimiento de las vías de Renfe y la C-31

El Prat de Llobregat ve como una realidad la superación de las dos infraestructuras que le han impedido su expansión hacia el norte. Al mismo tiempo que la llegada del AVE permitirá realizar las obras para soterrar las vías de Renfe, la Generalitat y el Ayuntamiento ultiman negociaciones para cubrir la C-31. La eliminación de estas dos barreras hará posible que la población crezca 200 hectáreas hacia el norte, con la creación del Eixample Nord. Será el proyecto de desarrollo urbano más importante del municipio y el tercero de mayores dimensiones que se realiza en estos momentos en Cataluña.

Actualmente El Prat tiene una superficie de 380 hectáreas y 63.300 habitantes. Con la materialización del Eixample Nord, la población alcanzará 580 hectáreas y sumará 20.000 ciudadanos más. Durante todo el año 2006 se cursarán las tramitaciones urbanísticas para iniciar las obras en un espacio que se dividirá en cinco sectores y acogerá unas 7.000 nuevas viviendas (el 40% protegidas), oficinas y algunas actividades manufactureras. Se calcula que se obtendrán 1,5 millones de metros cuadrados de techo. La inversión prevista en la cobertura de la C-31, la urbanización del Eixample Nord y la llegada del transporte público se sitúa entorno a los 300,5 millones de euros.

La mayor parte de la extensión objeto de actuación, entre la C-31 y la C-32, está calificada como centro direccional, ya que el Plan General Metropolitano de 1976 la reservó para actividades logísticas relacionadas con el puerto y el aeropuerto. Sin embargo, ambas plataformas han optado por instalar en zonas más próximas las infraestructuras que requieren, mientras que el Ayuntamiento ha luchado por mantener libre este espacio. Actualmente sólo lo ocupan un hipermercado y la empresa de transporte de vehículos Tradisa. Las dos empresas se encuentran en conversaciones con el Ayuntamiento para reconvertirse y adecuarse al futuro espacio o desaparecer. Por otra parte, la superficie del polígono industrial entre las vías del tren y la C-31 ha quedado libre con el cierre de plantas como Fisipe y la antigua Seda. En el extremo de Barcelona, la papelera Reno de Medici tiene previsto abandonar el municipio antes de finales de 2006.

El Ayuntamiento ha trabajado durante los últimos tres años en el diseño del futuro espacio. Con la llegada del AVE a la estación del núcleo urbano de El Prat, cuyas obras ya se han iniciado, las vías del tren desaparecerán a lo largo de un kilómetro de longitud. El Eixample Nord se ha diseñado como una cuadrícula -de ahí su nombre-, en la que las calles que ahora mueren en las vías se prolongarán hacia el norte y saltarán también por encima de la C-31.

Este será el tercer tramo de la Gran Via sobre el que se actúa, tras las obras que hay en marcha en L'Hospitalet y Barcelona. Mientras que en estos dos casos la carretera se deprime, en El Prat se ha optado por hacer desaparecer la vía de otro modo. Será la ciudad la que se elevará hasta alcanzar la altura suficiente para que grandes losas tapen la autovía, en cuya superficie se habilitará una avenida de anchura similar a la Diagonal de Barcelona. Esta operación pretende evitar excavar en el subsuelo por debajo del acuífero subterráneo.

Dos ejes verdes

La Gran Via se ocultará una vez traspasado el río Llobregat, justo donde unos edificios de arquitectura singular marcarán la puerta de entrada a El Prat. El Ayuntamiento y el Incasol están ultimando la creación de un consorcio que se encargará del cubrimiento y de la urbanización del Eixample Nord.

La futura zona de crecimiento contará con dos ejes verdes. Según los estudios, la confluencia de la C-31 y la C-245 no podrá soterrarse debido a la existencia en este punto de un gran nudo viario. Los planes del consistorio pasan por crear un parque que lo rodeará. El segundo tendrá forma de corredor fluvial, que nacerá en el margen del Llobregat y recorrerá longitudinalmente todo el Eixample, justo en un punto donde el terreno, elevado tras superar la Gran Via, descenderá de nivel. Por ello el espacio verde incluirá en su parte central diversas lagunas que servirán a la vez de zona lúdica y de recogida de aguas.

Con la anexión del Eixample Nord, el límite norte del municipio será la C-32, en cuya fachada se prevé ubicar actividades económicas, con el fin de crear una pantalla que aísle el núcleo urbano del ruido de la autopista.

"No construiremos un nuevo barrio, sino que la ciudad se prolongará hacia el norte", subraya el alcalde, Lluís Tejedor, que destaca que de esta forma el casco antiguo y el edificio del Ayuntamiento, ahora en un extremo del municipio, pasarán a ocupar la situación de centralidad que les corresponde. En el nuevo centro urbano tendrá un papel protagonista la estación intermodal que nacerá con la llegada del AVE y las líneas 1 y 9 de metro, que se sumarán a la red de Cercanías de Renfe. La actual estación se desplazará a principios de 2006 a un emplazamiento provisional a unos 300 metros de distancia para permitir el inicio de las obras de la intermodal, que finalizarán en dos años. "Existirá una oferta excelente para comunicarse en transporte público", asegura el alcalde. En el planeamiento se prevé también ubicar un espacio comercial para dinamizar aún más su entorno.