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TENDENCIAS

La cultura de las calles

UNA ACLARACIÓN NECESARIA: el hip-hop

no es sólo música. Es un movimiento cultural basado en cuatro pilares: la parte instrumental, o djing; la parte vocal, o rap; un baile propio,

el breakdance, y el arte callejero, o graffiti.

Todo empezó en los vecindarios negros de Nueva York a mediados de los setenta con las block parties, las fiestas callejeras. Una calle, dos tocadiscos, unos altavoces y un dj pinchando soul, funk o jazz era todo lo necesario. Pronto, los dj empiezan a competir. Todos quieren ser el mejor. Aceleran, frenan y mezclan los discos para mostrar su maestría. Se inventa una técnica, el scratch, que consiste en manipular los vinilos creando un crujido rítmico que se convierte en la seña del género. Es el hip-hop instrumental, el primer pilar. Al ritmo de la

música, los bailarines inventan acrobacias:

el breakdance. El segundo pilar del hip-hop.

Los mc, o maestros de ceremonias, aparecen poco después. En un principio son simples animadores al servicio del dj que recitan versos escritos en rima simple. Pronto se convierten en discursos, en poesía sobre la vida y los problemas de la calle. Es el rap, el tercer pilar

y el más reconocible. El cuarto, el graffiti,

comienza con los tags, las firmas con spray

en las calles a modo de marca territorial. Hoy, la obra de grafiteros como los fallecidos Basquiat o Keith Haring se expone en museos.

El primer rap grabado es Rapper's delight, (que, por cierto, es la base del famoso Aserejé, de Las Ketchup). Todo un éxito en 1979. Pero es en 1986 cuando el trío Run DMC (los Beatles del hip-hop) graba con el grupo de rock Aerosmith el tema Walk this way, la canción que atrae al público blanco. La todopoderosa cadena musical MTV emite el videoclip, y se abre

el camino al triunfo del rap político de Public Enemy, pero también del que habla de coches rápidos, tiros y drogas que se conocería como gansta rap: el rap de las bandas, impregnado de violencia. Es ésta la etapa más oscura del hip-hop. La que costó la vida a estrellas como el celebérrimo Tupac y su rival Notorious BIG, ambos tiroteados. Es entonces, a principios de los noventa, cuando el hip-hop entra en Europa. Su capacidad para contar de forma clara la

vida diaria, la rabia cotidiana, lo convierte en la mejor forma de expresión de los adolescentes. En Francia adquiere una personalidad más marcada y mayor proyección. Pero también se desarrolla en España, Alemania o el Reino Unido.

Actualmente, el hip-hop es un movimiento tan amplio como el rock. Lejos de ser marginal, es una máquina de hacer dinero que vende

millones de discos. La mayor parte de los compradores son adolescentes blancos de clase media, y la mayor estrella mundial, un rubio proveniente de Detroit que se hace llamar Eminem. Pero comparte con todas las músicas que han conquistado a los adolescentes, desde Elvis hasta la eIectrónica, el estigma de ser perjudicial para la juventud. Cosas de los mayores.

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