España y Portugal intensifican su colaboración en la Cumbre de Évora
Tras 20 años y 20 cumbres bilaterales de las que salieron proyectos ibéricos de gran relumbrón pero de tan difícil ejecución como las cuatro líneas de Alta Velocidad o el Mibel (Mercado Ibérico de la Electricidad), España y Portugal quieren dar un sesgo más social y más práctico a sus relaciones bilaterales. El desarrollo de planes conjuntos en I+D, Educación, Ciencia, Cultura y Medio Ambiente (incendios y agua) parece el principal objetivo de la Cumbre de Évora, que comienza hoy en esa ciudad, patrimonio de la Humanidad, con el encuentro de los jefes de Gobierno, José Sócrates y José Luis Rodríguez Zapatero.
El ministro de Exteriores portugués, Diogo Freitas do Amaral, aseguró ayer que Évora será "el lugar de partida de una nueva fase de las relaciones" entre Portugal y España, "una relación más intensa, amplia y profunda en todos los campos", dijo. "Vamos a pasar de lo muy bueno a lo excelente", dijo el ministro a Efe.
La cumbre, que abren esta tarde Sócrates y Zapatero en el antiguo Convento de Espinheiro (hoy un hotel), incluye las reuniones de ocho ministros de cada país (Exteriores, Interior, Industria, Trabajo, Educación, Fomento -Magdalena Álvarez, comprometida en Londres, será sustituida por el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán-, Agricultura y Medio Ambiente), y debe servir para confirmar la "plena sintonía" que, según fuentes diplomáticas, preside las relaciones.
Agenda de Lisboa
La inflexión hacia los asuntos sociales, "pilares de la modernidad y de una concepción humanista de la política", dijo Freitas, se basa en el desarrollo de la Agenda de Lisboa (2000-2010), que aspira a reformar el modelo económico europeo. Los delegados de ambos países para esa agenda, el español Miguel Sebastián y el portugués Carlos Zorrinho, debatirán posturas comunes sobre I+D+I, empleo y protección ambiental. En este último campo se prevé la firma de un acuerdo para prevenir incendios, dijeron ayer fuentes diplomáticas.
Según estas fuentes, la Cumbre afrontará el asunto de las subcontrataciones de trabajadores portugueses en España, sobre todo después de que el Sindicato de la Construcción Civil del Norte haya pedido la intervención coordinada de las policías de ambos países para atajar la proliferación de mafias de comisionistas lusos que han amasado enormes fortunas reclutando personas en paro para trabajar en España con salarios portugueses y sin Seguridad Social.
Évora deberá revisar también la fecha de entrada en vigor del Mibel, caducada el 1 de junio pasado, y, sobre todo, aclarar los plazos y detalles del Tren de Alta Velocidad. El ministro portugués de Transportes, Mário Lino, ha anticipado que Portugal mantendrá las cuatro conexiones previstas con España y que la prioridad no es la línea Vigo-Oporto (según lo firmado en 2003, era la primera que habría que acometer), sino la Lisboa-Oporto y la Lisboa-Madrid. La decisión ha levantado muchas protestas en el eje galaico-portugués.
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