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Reportaje:

La mudanza de Trayecto

La galería vitoriana se traslada a Bilbao, después de 17 años de actividad impulsando el arte contemporáneo

La galería Trayecto de Vitoria cierra sus puertas en la capital alavesa. Con varios lustros de actividad, en los que ha ofrecido algunas de las mejores expresiones del arte contemporáneo alavés y vasco, la sala se trasladará a Bilbao, después de haber rechazado ofertas de Valladolid y San Sebastián.

La única galería dedicada a la última creación abandona la ciudad donde se ubica el centro de arte contemporáneo vasco, el Artium, debido a la falta de respaldo institucional al impulso de infraestructuras culturales privadas, que sí existe en otras ciudades, según sus responsables.

La galería Trayecto surgió hace 17 años, cuando Vitoria vivía una reconocida efervescencia cultural en todos los campos. Si en la música clásica la ciudad contaba con Carmelo Bernaola como director de su conservatorio, en la música popular tenía a Hertzainak o Potato como referentes. La plástica contemporánea bullía con las aportaciones de Moraza o Ruiz de Infante, mientras que el cine tenía a Juanma Bajo Ulloa como representante. Todo esto, por citar algunos ejemplos emergentes de un ambiente creador que, sin olvidar el paraguas institucional, surgía sin voluntad de amparo. Entonces un museo de arte contemporáneo era inimaginable.

Ofrecía muestras arriesgadas, en las que el visitante no veía una hilera de obras

Trayecto sirvió en ese contexto como lanzadera o refugio, según los casos, de creadores comoEsther Ferrer, Néstor Sanmiguel, Juan Carlos Meana, Maider López, Ibon Aranberri, Fernando Sinaga... Jóvenes y veteranos que apostaban por una creación de vanguardia, que presentaron sus aportaciones en la sala de la calle Ramiro de Maeztu. Eran exposiciones arriesgadas, muchas veces concebidas como instalaciones, donde desaparecía el concepto de obra singular: el visitante no veía una hilera de cuadros o esculturas.

La propuesta era algo difícil de comprender en Vitoria, pero tenía su reconocimiento en ferias de arte como las de Basilea o Arco, en Madrid. Pero llegó un día en que la sociedad anónima que regentaba el espacio de Trayecto se disolvió. Sin embargo, el programador de la sala, Fernando Illana, decidió seguir con la iniciativa que había mantenido durante lustros. También artista y agente activo de la vida cultural de Vitoria (es miembro de la asambla general de Caja Vital, por ejemplo), Illana se puso en busca de un nuevo local.

"En ese momento, hace medio año, el Ayuntamiento de la ciudad presentó un plan de recuperación del casco medieval, con un apoyo a nuevas infraestructuras comerciales y culturales. Y yo acudí con mi proyecto. Al principio, todo fueron palabras amables, pero después de cinco meses tiré la toalla: no había ningún plan definido. No es que yo quisiera una lonja de determinadas dimensiones, es que no se me ofrecía nada", explica, no sin cierto enfado, Fernando Illana.

Mientras tanto, a pesar de carecer de una sede física para Trayecto, Illana presentó la obra de sus representados en citas artísticas de Salamanca o Valencia. Le llegaron ofertas de Valladolid, San Sebastián o Bilbao para que estableciera la galería en estas ciudades. "El problema verdadero es que Vitoria y Álava viven bajo la pinza del enfrentamiento entre el PP y el PNV: así que no salen adelante los presupuestos, las iniciativas se paralizan, la vida política se reduce al enfrentamiento institucional entre las distintas fuerzas y eso afecta a todos los ámbitos ciudadanos", añade el galerista.

Ante esta parálisis local, Illana acudió a la capital vizcaína, donde ha conseguido un local en el barrio de Bilbao la Vieja, sin problemas, con una velocidad inusitada, gracias a los programas de recuperación de este barrio. "Tengo bien claro que el Ayuntamiento [de Vitoria] no tiene obligación de proporcionarme un local, pero una de las principales definiciones de la institución pública es la de facilitar al ciudadano los medios para que realice su vida: lo mismo que se respalda a una compañía aérea para que aterrice en Foronda, o la rehabilitación de un edificio de viviendas". Según Illana, "la actual situación política en Álava, donde pervive el enfrentamiento nacionalista-no nacionalista hasta en la gestión más nimia de la vida ciudadana, ha vaciado de contenido la labor institucional".

La actividad artística en Vitoria queda reducida ahora, ya definitivamente, a la labor institucional. Lo curioso es que, en su momento, el Artium se presentó como un acicate para generar actividad galerística, que sirviera para animar la creación local y crear un tejido artístico a su alrededor. De momento, Trayecto, la única galería con renombre, traslada su sede sesenta kilómetros al Norte.

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