Las críticas de Rafsanyani a Ahmadineyad revelan la lucha en la cúpula del poder iraní
Las críticas del ex presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani a Mahmud Ahmadineyad han puesto en evidencia la lucha desatada en la cúpula del poder iraní apenas cuatro meses después de que el populista Ahmadineyad ocupara la jefatura del Estado. "Hoy algunos (...) ponen en tela de juicio las acciones realizadas en el pasado, aplican una política de purgas y de ostracismo generalizado y de desplazamiento de las personas competentes", dijo ayer Rafsanyani, el político que después de ejercer el poder en la sombra tras el fin de su periodo presidencial (1989-1997) trató de ganar las pasadas elecciones sin tener en cuenta las pocas simpatías de que goza. El pueblo iraní le considera uno de los dirigentes más corruptos de la República Islámica. "Esas personas (...) ensucian a los otros, y si se las deja actuar ponen en peligro lo conseguido por el régimen y la revolución", añadió Rafsanyani, dueño de la mayor fortuna de Irán.
Ahmadineyad, un ultraconservador que venció en las elecciones con una campaña centrada en la lucha contra la corrupción, se ha ganado en estos meses las críticas tanto de los reformistas, por su bravuconada contra el Estado de Israel, como de las esferas más conservadoras del régimen. El lunes pasado, el líder supremo de la Revolución Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, salió en su defensa y pidió que se conceda al presidente un plazo para demostrar que puede cumplir sus compromisos.
Por otra parte, los milicianos voluntarios -basiyis- dijeron que organizarán una cadena humana a lo largo de las fronteras iraníes como "muestra de fuerza" frente a las presiones internacionales contra el programa nuclear iraní.
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