Fontserè revive el espíritu del Quijote

Ramon Fontserè encarna el espíritu del Quijote, con una voz inspirada en la del Rey, en el último montaje de Albert Boadella y Els Joglars, En un lugar de Manhattan, que se estrena hoy en el teatro Albéniz de Madrid. La obra fue presentada ayer por Boadella y Esperanza Aguirre, presidenta de la CAM, quien encargó el espectáculo.

Ha sido papa en Columbi Lapsus; portero de un teatro en El Nacional; Jordi Pujol en Ubú president; Josep Pla en La increíble historia del Dr. Floit & Mr. Pla; el pintor ampurdanés en Daaalí. Ahora es un curioso Quijote que, al igual que el literario, tiene tiernamente ida la cabeza. La obra se desarrolla, dentro de una propuesta metateatral, en unos ensayos que una directora muy posmoderna y muy vanguardista está haciendo basándose en el Quijote, al que ha convertido en mujer y cuyo espectáculo se llama igual que el de Els Joglars. Todo se desarrolla en Manhattan, que Boadella considera el epicentro de la vanguardia mundial. En esa situación aparecen unos operarios que simbolizan el carácter del hidalgo castellano y un Sancho Panza cuyos impulsos suenan a tópicos catalanes.

"Ha sido un personaje que he disfrutado mucho, he tenido que recuperar algo de unos tiempos arcaicos y resucitarlos para encarnar un espíritu quijotesco, el de hombres que me gustan mucho, gente que produce una cierta ternura con su moral y su personalidad y esos escasos medios con los intentan arremeter contra ese mundo moderno, vanguardista, frívolo, fatuo y sin sustancia que arrasa con todo", apunta Fontserè.

Mientras que en otros montajes el modelo a imitar estaba claro e incluso en algunas ocasiones tenía el original para observar, aquí no sabía hacia dónde dirigir su mirada. "Podría decirse que el rey Juan Carlos me ha inspirado la voz de mi Quijote, aunque no es una constante en el personaje, es una voz muy castellana..., sobre esa base partí y el personaje se moldeó en la cúpula", dice en referencia al espacio donde ha trabajado junto a los actores Jesús Agelet, Pilar Sáenz, Xavier Boada, Xavi Sais, Dolors Tuneu, Pep Vila, Minnie Marx y Frances Pérez.

Boadella no ha reflejado en la obra las actuales relaciones entre Cataluña y Madrid: "Eso hubiera sido un vodevil y aquí hemos ido a la esencia de esta novela cómica y divertida con momentos de delirio, patéticos y emocionantes y nos hemos olvidado de esas sandeces que se han hecho a la luz del Quijote e incluso a costa del erario público", dice el director, que suelta sin dudar: "El teatro somos nosotros, ¡qué demonios!, así de claro".