"Las universidades sólo forman empleados"
Ignacio Fernández de Lucio (Santander, 1943) lleva 20 años dedicado a la transferencia tecnológica, que él prefiere llamar cooperación entre universidad y empresa. Participó en la implantación de la red de Oficinas de Transferencia de Resultados de la Investigación (Otri), en el diseño del III Plan Nacional de I+D (1996-1999) y está al frente de Ingenio, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Politécnica de Valencia ubicado en el campus de Vera. Hace pocas semanas recibió el Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva en Transferencia Tecnológica.
Pregunta: ¿Cómo se consigue la transferencia tecnológica?
Respuesta: Prefiero hablar de cooperación que de transferencia, porque transferencia suena unidireccional, a que el que sabe es la universidad, y aquí sabemos todos. Para que se produzca es necesario tener empresas con un nivel de conocimiento elevado, es decir, con un gran número de titulados superiores, y que estén en sectores con mucha competencia. Hace falta un acuerdo de todos los actores, incluidos los políticos, y una universidad comprometida con el desarrollo económico, que es lo más fácil.
"Desarrollar nuevos sectores exige mucho dinero y capital paciente"
"El problema es que en el 90% de empresas valencianas hay menos de 10 empleados"
P: ¿Lo más fácil?
R: Nosotros hicimos una encuesta entre las cinco universidades valencianas y resultó que el 95% de los universitarios están dispuestos a trabajar con empresas, incluso de letras, encontrabas filósofos...
P: ¿Qué grado de cooperación existe en el caso valenciano?
R: El problema en regiones como la Comunidad Valenciana es que el 90% de las empresas son pequeñas, tienen menos de 10 empleados y, generalmente, los empresarios ni tienen formación superior ni están en sectores que dependen de la ciencia sino en el saber hacer, en lo que llamamos conocimiento tácito: El calzado, el juguete, el textil... Sólo hay cinco empresas de más de 1.000 empleados. El sector que mejor se defiende es el cerámico, que proporcionalmente es el que más contrata personal universitario.
P: ¿La responsabilidad es de los empresarios?
R: Tenemos la región que nos merecemos, y la culpa es de todos los actores: universidad, políticos y empresarios. Aquí ha habido bastantes consellers de Industria que creyeron que no hacía falta política industrial... Y los empresarios quizá han pecado de autocomplacencia. Pero arrastramos un problema complejo que deriva de nuestra situación privilegiada: Estamos en la costa, tenemos buen clima y el turismo y la construcción dan un resultado increíble. Si a un empresario le dices que invirtiendo en conocimiento, con el tiempo, ganará un 10%, cuando con la construcción multiplica por tres... problablemente no te hará caso.
P: El turismo da mucho dinero.
R: El turismo es una oportunidad y debemos aprovecharla. Aunque no se esté desarrollando de la mejor forma posible, sino a costa de destruir el territorio. La cuestión es buscar un equilibrio, ver qué otros sectores podemos desarrollar, preguntarnos qué quiere ser la Comunidad Valenciana.
P: ¿Estamos a tiempo?
R: Nunca es tarde, pero es muy difícl. Algunos dicen ahora que hay que apostar por la biotecnología. Pero resulta que en la región fronteriza entre Francia y Alemania los dos Gobiernos llevan años invirtiendo mucho dinero en biotecnología. Y aquí se dice, vamos a dar una ayudita, unos euritos, para desarrollarla... Desarrollar nuevos sectores exige mucho dinero y capital paciente, que significa hacer un esfuerzo continuado, a largo plazo.
P: La Politécnica ha empezado a impartir la carrera de biotecnología, inclinada hacia la agricultura.
R: Yo creo que para la biotecnología es tarde... Aunque la biotecnología agrícola apenas se ha desarrollado todavía. Se ha desarrollado la humana, por ejemplo en el campo de las vacunas. Porque aquí nadie se quiere morir.
P: Habrá otros sectores...
R: Siempre hay nichos, pero es complicado. Está la nanotecnología, y también la química fina, donde podrían caber cuatro o cinco empresas. Yo creo que las nanotecnologías lo van a revolucionar todo, y que luego habrá una conjunción de éstas con la biotecnología. Nichos hay. Unos somos capaces de imaginarlos y otros no. Pero para ocuparlos habrá que apostar fuerte, y será necesario un cambio en la formación universitaria.
P: La mayoría de los grandes empresarios valencianos no ha pasado por la universidad.
R: Hace años, cuando uno era universitario, quería ser funcionario, no empresario. ¿Quién era empresario? El que no tenía más remedio, lo cual tiene un mérito increíble. Y hoy, cuando quiero molestar, digo que aquí sólo sabemos hacer empleados, o sobre todo empleados, y una universidad tiene que saber hacer líderes, sin eso no contribuyes a construir una región moderna. Es un poco duro, pero es así.
P: ¿Fomentar la cultura emprendedora?
R: Los alumnos no pueden limitarse a estudiar los problemas. Tienen que resolverlos, arriesgar. Cuando cambie la actitud, los egresados querrán formar empresas, que es la única forma de crear nuevos sectores. Y lo mismo pasa con los grupos de investigación. Se hacen tesis doctorales para quedarse en el grupo, cuando lo que deberían pensar es si a partir de sus investigaciones pueden crear su propia empresa.
P: Se ha criticado al Gobierno por no cumplir las expectativas en I+D.
R: El Gobierno Zapatero ha puesto más dinero, pero hace falta cambiar el modelo de gestión, y la Ley de la Ciencia, que se hizo hace 20 años para un escenario muy diferente.
P: También se ha hablado de decepción con la nueva Consejería de Empresa y Universidad.
R: La Conselleria nunca ha tenido mejor equipo, y saben lo que tienen que hacer. El problema es que el señor [Eduardo] Zaplana dilapidó el dinero de la Comunidad Valenciana. ¿Qué podrá hacer Justo [Nieto] con el dinero que tiene? Ahí veo el problema.
P: ¿La clave para al final consiste sólo en poner dinero?
R: El dinero es necesario, pero hay que tener en cuenta que la ciencia es alocal. No tiene territorio. Lo que un científico quiere es publicar, y que sus pares lo reconozcan. Si quieres localizar la ciencia con una política de I+D no basta con dar dinero para que se gaste en publicar y luego se aproveche en todo el mundo. Lo que tienes que hacer es ayudar a las empresas para que empleen a universitarios que sean capaces de asimilar la ciencia que se produce. Y en lugar de sacar una convocatoria abierta de proyectos de investigación, que no tienen porqué estar ligados al territorio, determinar 15, 20 o 30 campos de interés estratégico para la región, poner de acuerdo a los actores y apostar por ellos.
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