Rota y el barco
Cuenta Rafael Alberti en sus memorias que antiguamente venían andando
por la playa desde su Puerto de Santa María natal hasta Rota. ¡No es extraño! Si miran un mapa comprobarán que por la playa es un paseo de apenas 11 kilómetros. Desde el año 1953, para ir a la ciudad vecina, tenemos los roteños y nuestros visitantes que hacer justo el doble, 22 kilómetros, debido a que tenemos que rodear la base naval. O sea que estamos pagando cada vez que vamos a cualquier pueblo de la bahía en nuestro coche un sobreprecio que podemos cifrar en 1,5 euros de ida y otro tanto de vuelta (combustible, mantenimiento, seguros...). Esta penalización también la padecemos al hacer este trayecto en autobús. En definitiva, que es como si tuviéramos una autopista de peaje pero sin autopista. Calculen ustedes la cantidad de trayectos que habremos hecho en estos años y nos saldrá una cifra más que considerable.
Si vuelven a mirar el mapa, verán que nuestro pueblo está bastante aislado; no coge de paso para ningún sitio, no llegan las autovías como a nuestros pueblos vecinos y no tenemos tren, ¡ay el tren! Pero, menos mal, tenemos el mar, aunque hasta el momento no nos haya servido mucho para romper este aislamiento.
No importa, esto se va a arreglar. Leí en el diario que a principios de diciembre va a empezar a funcionar el barco que nos llevará a Cádiz en 25 minutos, y somos muchos, aquí y en Cádiz, los que esperamos con ansiedad ese momento. Leo los detalles y todo parece estupendo, seis trayectos de ida y otros tantos de vuelta, no está mal.
La sorpresa desagradable llega cuando hablan del precio del trayecto, 3,60 euros por una distancia de 11 kilómetros por mar y 25 minutos de tiempo; mientras que el trayecto de El Puerto de Santa María a Cádiz será de 1,70 euros, menos de la mitad, por una distancia de nueve kilómetros y el mismo tiempo. Los gastos del barco son prácticamente iguales, por tanto el precio del billete debe de ser similar y no está justificado que nos hagan pagar más del doble. En caso contrario, podríamos pensar que se están defendiendo más los intereses de la empresa de autobuses que los de los usuarios.
Se está perdiendo una oportunidad de subsanar una injusticia que nos aísla y nos perjudica. Ésta no es la mejor forma de promocionar un sistema de transporte que sea una alternativa a la carretera. De nuevo se está penalizando a la población de Rota y, por ese camino, auguro otro fracaso.
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