"El laborismo era todo corazón. Ahora usa más la cabeza"
El ex líder laborista británico y ex vicepresidente de la Comisión Europea Neil Kinnock responde con afabilidad a los temas que se le plantean en esta entrevista, y en algunos momentos lo hace en tono apasionado.
Pregunta. Ha pasado un año desde que dejó su despacho en Bruselas, ¿en este tiempo, la UE ha ido adelante o hacia atrás?
Respuesta. Adelante, sin duda.
P. No se nota demasiado.
R. Las derrotas en los referendos sobre la Constitución en Francia y en Holanda han congelado el proceso político. Pero la ampliación de la Unión garantiza un poderoso empuje hacia delante.
P. ¿Qué tal, de momento, los esfuerzos para descongelar el proceso?
R. Es cierto que desde esos referendos los líderes de la UE no han sido capaces de dar pasos creíbles de progreso. Al respecto, tengo algunas ideas.
P. Adelante.
R. Hay que tener una estrategia clara, concentrarse en pocos objetivos básicos: competitividad, empleo. Y utilizar partes de la Constitución necesarias para trabajar, como el reparto del poder entre los Estados a la hora de votar.
P. El Reino Unido es el actual presidente de turno de la UE. ¿Está haciendo todo lo posible para sacar la Unión del agujero?
R. Hay presidencias que están condenadas a no dejar huellas evidentes y cuya tarea es preparar el terreno para futuras conquistas. Pero yo sé que el Gobierno está trabajando seriamente.
P. ¿La Constitución es una batalla perdida?
R. En su forma actual, sí.
P. ¿El Reino Unido en el euro es una batalla que se puede ganar?
R. Seguro. Pero habrá que esperar unos cuantos años.
P. Igual no estará Tony Blair. ¿Será Gordon Brown [actual ministro de Hacienda] su sucesor?
R. Sí.
P. ¿Sin dudas?
R. Ningún otro, ahora, tiene el apoyo, la experiencia y el talento necesarios para ese puesto. Gordon Brown es el hombre.
P. ¿Cuándo?
R. Yo diría en esta legislatura, por lo menos un año antes de que se acabe.
P. Una vez usted dijo: "El laborismo nunca pierde su corazón y su alma. A veces pierde la cabeza". ¿Lo diría ahora?
R. El partido cuya dirección asumí en 1983 era un caos. Todo corazón y nada de cabeza. Busqué un nuevo equilibrio. Para ganar elecciones hace falta cabeza, corazón y vísceras. El laborismo ahora usa más la cabeza, pero no creo que haya perdido el corazón.
P. ¿Le parece bien cómo utiliza la cabeza?
R. El laborismo ha obtenido grandes resultados en los últimos años. Es un partido en evolución y es justo que lo sea. Yo no critico las políticas que se llevan a cabo... pero sí el hecho de que se haya dejado de explicar claramente al pueblo las razones por las que se cambian las políticas. Europa, también, debe de ser explicada y defendida mejor.
P. ¿Defendida de quién?
R. Sobre todo de la propaganda basura que hacen ciertos periódicos... The Sun, The Daily Express, The Daily Telegraph... ¡Es tan mala que me sorprendo de que todavía haya alguien en el Reino Unido a favor de la UE!
P. Un problema irresuelto y común a la mayoría de los países miembros es la gestión de los flujos migratorios. Se hace difícil distinguir modelos que funcionen.
R. Ningún modelo es perfecto. El británico tiene aspectos de los que me siento orgulloso, pero no se puede negar que sigue habiendo marginación. El punto es entender que las comunidades humanas sólo pueden florecer si viven juntas. Si en una misma sociedad se vive separadamente, todos pierden.
P. ¿Cómo?
R. Los más ricos por sufrir inseguridad y tener que pagar para protegerse. Los más pobres, por quedarse al margen y no mejorar. Viviendo juntos, se gana. No es algo sentimental. Es puro sentido práctico. Y hay más.
P. ¿Qué?
R. La realidad demográfica europea está en declive. Hace falta fuerza de trabajo y reequilibrar el gasto en pensiones. Tener prejuicios con la inmigración además de no ser ético es económicamente estúpido.
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