Holanda, culpable del estrés de un ex 'casco azul' de Srebrenica
La justicia holandesa sentó ayer un precedente legal al considerar al Ministerio de Defensa responsable directo del estrés postraumático padecido por un antiguo casco azul destacado en 1995 en Srebrenica. Deberá, por tanto, indemnizarle con una suma aún no establecida. Declarada por Naciones Unidas como una zona segura durante las guerras de los Balcanes, allí perecieron cerca de 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas serbias.
El soldado en cuestión, que tiene hoy 29 años, padece desde hace una década "graves secuelas físicas y mentales con crisis de ansiedad y episodios en los que cree sufrir un ataque de morteros". Según los jueces, Defensa le abandonó a su suerte al darle falsas esperanzas sobre el supuesto apoyo aéreo que recibiría su batallón. Tampoco había un plan concreto para evacuar Srebrenica. Los abogados del demandante sostienen que la sentencia brinda la posibilidad de presentarse también como víctimas a otros cascos azules veteranos -en el batallón había un centenar de soldados- que hayan demostrado sus trastornos.
Matanza
El ministerio de Defensa, que piensa recurrir el fallo judicial, ha subrayado que el militar en cuestión ya había sido diagnosticado en 1999 y recibía el correspondiente subsidio. Sus portavoces también han señalado que existen diferencias de criterio sobre la naturaleza de una operación militar de esta envergadura, que los tribunales deben tener en cuenta.
La matanza de Srebrenica persigue a Holanda desde que las tropas serbobosnias irrumpieran en el territorio al mando del general Ratko Mladic en julio de 1995. Éste, acusado de genocidio junto con su jefe político, Radovan Karadzic, por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), separó a los hombres y los niños de las mujeres y las niñas. Una vez libre del batallón holandés que les protegía, ordenó la muerte a tiros de los civiles musulmanes en los bosques cercanos. Fue la peor matanza perpetrada en Europa desde la II Guerra Mundial. En Holanda, supuso una terrible cura de humildad ya que el informe oficial sobre lo ocurrido, publicado en 2002, repartía la responsabilidad de la tragedia entre La Haya y la ONU.
Para los supervivientes y familiares de los muertos de Srebrenica la herida sigue abierta de forma aún más tangible. Un equipo de forenses recuperó ayer los restos de 227 víctimas de la matanza en una fosa común. Hallada en la localidad bosnia de Snagovo, al noroeste del país, "contenía 147 cuerpos incompletos y otros 80 enteros", según el forense jefe, Murat Martic. Todos habían sido sepultados antes en otro lugar y trasladados luego a Snagovo para encubrir el crimen. Éste es el segundo enterramiento encontrado en dicha población, situada a 50 kilómetros al norte de Srebrenica. En el primero, había un centenar de cadáveres.
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