Schröder apoya el levantamiento del embargo de armas a Pekín
Alemania venderá trenes de alta velocidad al Gobierno de Hu Jintao
El canciller federal alemán en funciones, el socialdemócrata Gerhard Schröder, mantiene su opinión favorable al levantamiento del embargo europeo a la venta de armas a China. Tras una entrevista con el presidente chino, Hu Jintao, que realiza una visita de cuatro días a Alemania, Schröder respondió a la pregunta sobre el embargo: "No he cambiado mi opinión sobre el tema. ¿Por qué había de hacerlo?".
Fue, salvo si hubiera alguna visita inesperada, la última reunión de Schröder como canciller con un mandatario extranjero. Junto con el presidente francés, Jacques Chirac, se ha convertido en el principal valedor de los intereses chinos ante la UE. En siete años al frente del Gobierno alemán Schröder viajó seis veces a China, casi siempre acompañado de la flor y nata del empresariado alemán. Ahora ha llegado la hora de cosechar lo sembrado en forma de jugosos contratos.
Alemania es el primer socio comercial europeo de China con un volumen de negocio de 53.000 millones de euros. En este viaje de Hu Jintao a Alemania se firmaron contratos por 1.000 millones de euros. La multinacional alemana Siemens llegó a un acuerdo para la venta de 60 trenes de alta velocidad que se montarán en China. La operación asciende a 670 millones de euros.
Todo esto obligó a barrer debajo de la alfombra la incómoda cuestión para el visitante chino de los derechos humanos. Tan sólo el presidente federal alemán, Horst Köhler, se refirió de forma abierta al asunto. En su discurso ante Hu Jintao dijo Köhler: "Tenemos comprensión para el hecho de que China siga su propio camino, pero la voluntad de las gentes de vivir en libertad y con dignidad es universal".
En la comparecencia ante la prensa de Schröder y Hu Jintao no se permitieron preguntas incómodas. Más de 1.000 policías se encargaron de velar por la seguridad del invitado. Un helicóptero sobrevoló el centro de Berlín mientras un puñado de militantes del movimiento Falun-Gong se manifestaba en una protesta pacífica en la que denunciaban las ejecuciones de algunos de sus miembros en China.
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