El victimismo de Camps alienta a la derecha radical

La decisión del hasta ahora diputado popular Francisco Javier Tomás Puchol de afiliarse a Coalición Valenciana, un partido ultra cuyo ideario es el anticatalanismo y el antisocialismo, hizo realidad ayer una de las peores pesadillas del PP que dirige Francisco Camps: el resurgir de una opción política que el PP había laminado en su primera legislatura al frente de la Generalitat, hasta hacerla desaparecer de las Cortes Valencianas, antes de dar entrada en sus listas, en la segunda, a algunos destacados cuadros de Unión Valenciana.

Pero el discurso anticatalanista elaborado por el Gobierno valenciano y el Partido Popular desde el año 2003 bajo la dirección de Camps ha facilitado la implantación de Coalición Valenciana, una formación que ha visto como el discurso gubernamental del presidente y su equipo le abría puertas entre los sectores más conservadores, especialmente en la provincia de Valencia.

En las filas populares se da por hecho que el caso de Tomás no será el único

Coalición Valenciana se constituyó en mayo de este mismo año bajo el liderazgo del abogado Juan García Sentandreu, conocido por su vinculación con formaciones ultraderechistas como Falange y España 2000 y movimientos anticatalanistas radicales defensores del secesionismo lingüístico como el Grup d'Acció Valencianista (GAV).

La decisión de constituir este nuevo partido ultra -que ahora podrá utilizar la caja de resonancia de las Cortes Valencianas a través del Grupo Mixto que inaugurará Francisco Javier Tomás Puchol- se adoptó tras concluir que la crisis entre Camps y Eduardo Zaplana, por un lado, y la debilidad del regionalismo de Unión Valenciana -convertido en partido extraparlamentario en las autonómicas de 2003- dejaba hueco para la implantación de un nuevo partido a la derecha del PP.

La radicalización del discurso anticatalanista y victimista por parte del Ejecutivo valenciano que preside Camps -que culpa al tripartito catalán y al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de perjudicar sistemáticamente a la Comunidad Valenciana- también ha facilitado la entrada de Coalición Valenciana en determinados ámbitos sociales.

Esta radicalización en el discurso del PP -que entre 1995 y 2003 se dedicó a integrar en sus filas a políticos regionalistas y a facilitar las escisiones en el seno de Unión Valenciana, socio de Gobierno en la primera legislatura de Zaplana- ha llevado a altos cargos populares a coincidir con las soflamas de García Sentandreu. Así, el presidente de la Diputación de Valencia, de ideología ultraconservadora y procedente de Unión Valenciana, Fernando Giner; el presidente provincial del PP de Valencia y alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus; y miembros del Gobierno valenciano como su portavoz, Esteban González Pons, han llegado a expresar opiniones coincidentes con las de Coalición Valenciana en cuestiones como la lengua, la reforma del Estatuto catalán o el memorándum del Gobierno para lograr el reconocimiento de las lenguas cooficiales españolas en la Unión Europea.

Esta situación también ha sido aprovechada por Unión Valenciana -el primer partido que capitalizó el anticatalanismo y que ahora sólo cuenta con una reducida implantación municipal-, que ha fichado recientemente a uno de los hijos del fallecido Vicente González Lizondo -cofundador del partido regionalista y ex presidente de las Cortes con el PP- para reactivarse electoralmente.

Tomás debutará hoy en su nuevo partido en la clausura del primer congreso de Coalición Valenciana. Curiosamente, el congreso celebró sesiones el miércoles y el jueves, pero ayer no registró actividad y hoy volverá a retomarla.

La fuga de Tomás podría ser sólo la primera. Así lo sospechaban ayer fuentes del propio PP, que apuntaban a Fernando Giner y a los también diputados provinciales Enric Esteve, José Vicente Aleixadre y Purificación Martí como firmes candidatos a seguir los pasos del parlamentario autonómico castellonense.