Los países de la OMC fracasan en el intento de lograr un acuerdo agrícola
El G-20 y la Unión Europea se acusan recíprocamente de bloquear las negociaciones
Los principales países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) reconocieron ayer su fracaso en el intento de avanzar hacia un acuerdo sobre liberalización del comercio agrícola mundial. Tras dos días de reuniones, los grandes bloques comerciales -EE UU, la UE, India, Brasil y Japón- y una veintena de países miembros más se han resignado a rebajar la meta fijada para la cumbre ministerial de la OMC, que se celebrará en Hong Kong del 13 al 18 del próximo diciembre: cerrar las dos terceras partes de los objetivos de liberalización fijados por la Ronda de Doha, lanzada en diciembre de 2001.
Al igual que sucediera en Seattle en 1999 y en Cancún en 2003, la sombra del fracaso en las negociaciones para abrir los mercados mundiales planea sobre la cita de Hong Kong. En Doha, los 148 miembros de la OMC se comprometieron a liberalizar el comercio agrícola, industrial y de servicios, como vía para favorecer el desarrollo de las naciones menos favorecidas. El plazo fijado para el cierre de las negociaciones, previsto inicialmente para el 1 de enero de 2005, se ha atrasado oficiosamente hasta finales de 2006. Pero el actual director general de la OMC, Pascal Lamy, aspiraba a que las dos terceras partes de los objetivos de la Ronda de Doha quedaran encarriladas en la reunión del próximo diciembre.
El desacuerdo en el capítulo agrícola puede hacer fracasar la cumbre de Hong Kong igual que lo hizo en Cancún. Todos los dedos acusadores se dirigieron ayer contra la UE. A finales de octubre, Mandelson propuso reducir las subvenciones agrícolas en un 70%, junto con un recorte arancelario de entre el 35% y el 60%, con un promedio del 46%. A esa rebaja de las exigencias, se opuso rotundamente Francia, lo que ha impedido avanzar. Francia no está dispuesta a que Mandelson presente ofertas que supongan una merma de la Política Agraria Común (PAC) reformada. Los países del G-20 exigen que ese recorte medio sea del 54%. EE UU está dispuesto a bajar sus aranceles entre un 55% y un 90% -extremo que la UE juzga irreal- y a disminuir en un 60% sus subvenciones agrícolas.
El comisario europeo, Peter Mandelson, criticó ayer con virulencia la ausencia de propuestas por parte del G-20, que reúne a una veintena de países en desarrollo encabezados por Brasil, India y China, sobre acceso al mercado de productos industriales y los servicios. Dijo simplemente que, en estos temas, no existía negociación formal alguna, informa Luis Vázquez. "Si no hay discusiones sobre los otros temas, no se puede esperar nada de nuestra parte", señalaba Mandelson. El comisario europeo insistió en que la clave de un acuerdo antes de Hong Kong "no está en la agricultura", sino en otros temas, y lanzó una dura crítica contra el G-20: "La tácticas negociadoras del G-20 están debilitando de forma importante a los países que ansían un resultado ambicioso de la Ronda de Doha", dijo.
El ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, contraatacó al asegurar que el comisario europeo "hizo oídos sordos" a su indicación de que Brasil estaría dispuesto a rebajar los aranceles a la importación de productos industriales, como recambios de automóvil y televisiones, en un 50% como promedio, a cambio de avanzar en el capítulo agrícola. El canciller brasileño lamentó que las posiciones de los países industrializados sigan siendo insuficientes. Ni las propuestas de la UE sobre la reducción de los derechos de aduana, ni las intenciones de EE UU de reducir sus ayudas internas, son aceptables para los países en desarrollo. El ministro brasileño fue más allá y sugirió que la rigidez de Bruselas quizá tenga como fin "provocar una especie de crisis" para evitar hacer más concesiones en materia agrícola. Sin embargo, Amorim señaló que, si EE UU y la UE hacen propuestas suplementarias en agricultura, "encontrarán una respuesta adecuada por parte nuestra en los otros temas".
Para varios países europeos, las concesiones que ha hecho su comisario son inaceptables si, a cambio, no hay compensaciones en el acceso de los mercados a los servicios y los productos industriales. .
"Hong Kong bis"
Todas las partes trataron de evitar reconocer de forma abierta que Hong Kong se encamina hacia el fracaso. Lamy ha hecho mención a la posibilidad de celebrar un "Hong Kong bis" a finales del año que viene para tratar de recuperar el tiempo perdido. "Redefinir las expectativas para Hong Kong no es un signo de crisis", declaró ayer el secretario de Agricultura estadounidense, Mike Johanns. "Es una constatación realista que nos permitirá resolver los problemas y no acusarnos mutuamente en diciembre". Amorim reconoció que la situación es "muy difícil" y que su país está dispuesto a esperar a una segunda reunión. Lo que no admitirá, sin embargo, "es una reducción de las ambiciones" de la ronda de negociaciones.
Mandelson también se mostró reacio a rabajar las aspiraciones con vistas a la próxima cumbre: "Lo único que estamos haciendo es perder el tiempo, y luego se va a hacer muy tarde para recuperarlo. Debemos hacer progresos en Hong Kong", afirmó. Tanto Johanns como Rob Portman, máximo negociador en materia de comercio exterior por parte de Washington, manifestaron también la oposición de Estados Unidos a reducir los objetivos de la conferencia. "Seguimos creyendo en un éxito del ciclo de Doha para finales de 2006. Soy optimista en el sentido de que progresos significativos serán realizados en Hong Kong", dijo Johanns. Mandelson sugirió la idea de que los países de la OMC acuerden un "paquete" de medidas para impulsar el comercio de los países pobres, dejando las cuestiones no resueltas para el año que viene.
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