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Renfe instalará en los trenes cámaras para vigilar a los viajeros

El maquinista controlará desde la cabina todo lo que ocurra en los vagones

F. Javier Barroso

Renfe ha decidido luchar contra el vandalismo y la inseguridad en los trenes de cercanías con el uso de nuevas tecnologías. Esta compañía tiene previsto instalar cámaras de videovigilancia en los nuevos convoyes Civia, que están siendo construidos en la actualidad. El maquinista tendrá un control directo de todo lo que ocurra en los vagones, gracias a las dos cámaras. Las imágenes serán transmitidas por tecnología digital y podrán ser grabadas. Esto permitirá su uso como prueba judicial en el caso eventual de que sean requeridas por la policía o la Guardia Civil.

El Boletín Oficial del Estado del pasado 1 de noviembre publicaba el concurso para dotar de estas cámaras de videovigilancia a los 83 trenes Civia II de cercanías que entrarán en funcionamiento entre mayo de 2006 y abril de 2008. Los trenes Civia circulan en la actualidad sólo por la línea C-4 (Atocha-Parla). La intención de Renfe es aumentar su uso en los próximos meses.

Renfe ha establecido unas condiciones que permitirán ampliar el uso de las cámaras en función de las necesidades del maquinista. "Lo que se trata es de reforzar la seguridad de los viajeros y de los propios trenes ante problemas como el vandalismo o la delincuencia común", señaló una portavoz de la compañía ferroviaria.

Las cámaras transmitirán en tiempo real todo lo que ocurra en los vagones. El modelo previsto por Renfe prevé dos cámaras por cada vagón, pero el estudio reconoce que, si fueran necesarias más para asegurar la captación y la definición de las imágenes, deberán ser instaladas. El maquinista contará con una pantalla de plasma o TFT de 10,4 pulgadas en cada una de las cabinas de la composición. Serán de color y tendrán una resolución mínima de 640 por 480 píxeles por pulgada (como las pantallas de los ordenadores).

Recepción secuencial

Las imágenes serán recibidas de forma secuencial en esta pantalla. Primero transmitirá la videocámara más cercana a la cabina; después, la colocada en sentido contrario, y así hasta llegar al final del convoy. En el monitor aparecerá, además de la imagen, el número de la cámara, el número de coche, la hora y la fecha. "El maquinista podrá elegir entre ver toda la pantalla completa o seleccionar cuatro cuadrantes dentro del monitor", señala un portavoz de Renfe.

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Y para aumentar las medidas de seguridad, estas cámaras deberán contar con los últimos avances que hay en el mercado: dispondrán de compensador automático de contraluces, de sistema automático de enfoque y trabajarán con niveles reducidos de iluminación (gran parte de su trabajo será desarrollado en túneles y con las únicas luces del propio vagón), además de una definición mínima de 540 líneas por color.

El monitor de la cabina, que será del mismo color que el salpicadero del tren, deberá incorporar un sencillo teclado con cinco o seis teclas. Desde él, el conductor del tren podrá realizar el control del equipo. Esto supone que marque el tiempo que quiere ver una determinada cámara, el brillo y el contraste, y el encendido y apagado del monitor, entre otros aspectos diferentes.

"Las cámaras no deben suponer un problema para la intimidad de las personas. Tan sólo buscan disuadir a los que se dedican a destrozar el material móvil. También pueden servir para los carteristas o los descuideros [robo de un bolso durante un descuido de la víctima]", señalan fuentes de Renfe-cercanías. Los grafiteros y algunos individuos que se dedican a hacer dibujos en los cristales con objetos punzantes lo tendrán algo más difícil a partir de ahora.

Una de las posibilidades con las que debe contar el sistema es la de grabar todo lo que ocurre en los trenes a elección del maquinista. Estas grabaciones deberán destruirse dentro del plazo legal que marca la ley.

También pretende aumentar la seguridad en la subida y bajada de los viajeros. El sistema tiene un proceso de transmisión capaz de recibir las imágenes de las cámaras instaladas en los andenes. De esta forma, el conductor podrá ver si aún hay usuarios que estén entrando o saliendo por los diferentes vagones. El número de composiciones que formen un tren no importará en la recepción de las imágenes, ya que los diferentes trenes deberán llevar acoplamientos especiales, según el concurso convocado en el BOE.

La convocatoria de Renfe no especifica el montante que supondrá la instalación y el mantenimiento de estas cámaras. Se ha optado por la modalidad negociada: la empresa seleccionada y Renfe acuerdan el precio definitivo y las características últimas del servicio. El plazo de recogida de ofertas para las empresas interesadas se cierra a las once de la mañana del próximo 20 de noviembre.

Frenazos innecesarios

El momento en que se podrá comprobar la eficacia de las cámaras de videovigilancia será cuando se eviten los frenazos de emergencias que suelen provocar algunos graciosos, sobre todo en las primeras horas del servicio.

El sistema de videovigilancia previsto por Renfe contempla que en el momento en que un usuario accione el tirador de alarma, aparecerá el siguiente texto en la pantalla de recepción de las imágenes: "Tirador de alarma activado en coche...". Y el sistema preguntará al maquinista si quiere visualizar la pantalla más cercana.

Además de seleccionar esta cámara asociada al tirador, comenzará a ser grabada la conversación que mantengan el usuario y el conductor a través del intercomunicador. Por eso, a partir de la entrada de los nuevos trenes Civia II, el equipo de megafonía estará conectado con el de grabación.

Fuentes de Renfe y de Metro reconocen que uno de los principales problemas que tienen durante los fines de semana es que algunos jóvenes se dedican a tirar de estos frenos de emergencia. Como el maquinista necesita tiempo hasta ir al lugar donde se ha producido el incidente, se acumulan los retrasos en toda la línea. El sistema informático mantiene la distancia de seguridad entre los trenes para evitar choques o alcances.

Este sistema de parar los trenes en mitad de los túneles o justo en la entrada de las estaciones es un uso habitual de los grafiteros. Éstos son especialistas en detener el tren y hacer pintadas en los vagones en un tiempo récord. Algunos están tan especializados que llevan cámaras de vídeo para grabar sus hazañas y colgar después las imágenes en Internet.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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