Gallardón modifica los parquímetros para forzar a que los coches sean movidos

Los 2.200 parquímetros que hay en la capital van a ser modificados para incorporarles módem GPRS y teclado, así como baterías de larga duración para soportar operaciones más complejas. Así lo aprobó ayer la Junta de Gobierno que dirige el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, que destinará siete milones de euros a esta operación. El objetivo es obligar a los usuarios a mover el coche e impedir que esté aparcado en el mismo barrio más del tiempo máximo permitido en la zona (entre media hora y cuatro horas).

La red de nuevos parquímetros deberá estar lista en marzo de 2006, aunque en breve comenzarán a modificarse todos los aparatos. No hará falta que las empresas concesionarias sustituyan los actuales, sino que bastará una modificación, apenas apreciable en el exterior salvo por el nuevo teclado.

Según el director de Movilidad municipal, Javier Conde, además de instalar un módem en su interior, los parquímetros serán reprogramados. El usuario deberá teclear el número de matrícula de su vehículo, que saldrá impreso en el boleto correspondiente.

Toda esta renovación tecnológica es necesaria para hacer cumplir la prohibición a los usuarios de las zonas del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) de superar el tiempo máximo de estacionamiento en un mismo barrio -entre media hora y cuatro horas, en función del tipo de plazas- que ha establecido la nueva Ordenanza de Movilidad, aprobada por el pleno municipal en septiembre.

Hasta ahora, la normativa municipal impedía a los usuarios del SER aparcar en un radio de 250 metros una vez transcurrido el plazo máximo de dos horas. Pero esto es muy difícil de comprobar por los controladores con la tecnología actual. Eso facilita la picaresca de los usuarios de las plazas de aparcamientos, que ahora pueden obtener un nuevo boleto pasado el plazo máximo, lo que les permite mantener inmóvil su vehículo durante más tiempo del permitido.

El módem facilitará el envío de la información de dónde ha aparcado el usuario del SER a los demás parquímetros del barrio, de tal forma que no proporcionarán nuevos bonos a un comprador cuando detecten que su matrícula ya está fichada. El conductor deberá moverse a otra zona para evitar la multa. "Lo que el Ayuntamiento pretende con esta medida es regular el tráfico y conseguir la rotación de vehículos", explicó Gallardón.El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, afirmó en la rueda de prensa tras la Junta de Gobierno, que el cobro a través de parquímetros no está pensado como un sistema de financiación municipal, pues su gestión "es deficitaria". El regidor recalcó que su única función es evitar que los vehículos ocupen las mismas plazas de aparcamiento durante toda la jornada.

Según el director de Movilidad, esta medida disuadirá también a los visitantes de la capital del uso de sus vehículos en favor del transporte público. "La intención es que el visitante de la capital use el coche para unas compras, una gestión, pero no que esté aparcado el vehículo 10 horas en la ciudad, comprando nuevos bonos de aparcamiento", agregó Conde.

Tarjetas inservibles

Además, el cambio tecnológico que sufrirán los 2.200 parquímetros conlleva que queden inservibles las 350.000 tarjetas prepago que han repartido gratuitamente los concesionarios y que permitían recargar hasta 15 euros en los propios parquímetros. Como los aparatos actuales no dan cambio al usuario, ni permiten introducir más dinero del estrictamente necesario para comprar el tiempo de estacionamiento, la tarjeta solventaba el problema de no llevar la cantidad justa. El alcalde explicó que las modificaciones que hay en marcha obligarán a "un nuevo modelo de tarjeta prepago, porque el chip actual no soporta la información que habrá que proporcionar a los nuevos parquímetros", explicó el alcalde.

El Ayuntamiento pondrá en circulación otras nuevas tarjetas a partir de marzo, cuando esté lista la nueva tecnología para los parquímetros. Con estas tarjetas, el usuario introducirá una sola vez la matrícula de su vehículo, pues quedará registrada para el resto de operaciones.

El director de Movilidad, Javier Conde, explicó que el proceso de sustitución de las tarjetas será suficientemente largo y que, además, los usuarios que todavía tengan dinero acumulado en las antiguas podrán reclamar que les sean cambiadas por otras nuevas con la misma cantidad.

Además de los 2.200 parquímetros ahora existentes, el Ayuntamiento prevé instalar otros 2.000 durante el primer trimestre del próximo año.

El alcalde anunció ayer la autorización de un nuevo contrato de gestión de los parquímetros, con un presupuesto de 493 millones de euros para los próximos 11 años (prorrogable por un máximo de 25 años), para ampliar el estacionamiento regulado a todo el perímetro urbano comprendido dentro de la vía de circunvalación M-30.

Esta medida ya había sido anunciada por el vicealcalde, Manuel Cobo, el pasado 1 de septiembre, cuando la decisión fue aprobada por la Junta de Gobierno. Después, recibió la autorización del pleno municipal de ese mes.

Entonces fue anunciado que el SER sería extendido a 19 barrios de seis distritos. El Ayuntamiento reveló ayer que serán 21 barrios, situados en Arganzuela (Imperial, Acacias, Chopera, Legazpi, Delicias y Atocha), Retiro (Adelfas y Estrella), Chamartín (El Viso, Prosperidad, Ciudad Jardín, Hispanoamérica, Nueva España y Castilla), Tetuán (Bellas Vistas, Almenara, Valdeacederas y Berruguete), Fuencarral-El Pardo (El Pilar y La Paz) y Moncloa-Aravaca (Ciudad Universitaria).

En estos barrios serán implantadas plazas para visitantes (azules), para residentes y para visitantes con tiempo limitado (verdes), y también las nuevas áreas diferenciadas que fija la nueva ordenanza de circulación.

Ésta introduce cinco nuevas zonas (cuatro para visitantes y una para residentes): la de alta rotación (en zonas de centro congestionadas por el tráfico, donde sólo podrá aparcarse media hora); la de ámbito sanitario (junto a hospitales y establecimientos sanitarios para estacionar por un máximo de cuatro horas); la de ejes comerciales (para calles de gran actividad, como Goya o Serrano, con un tope de estancia de una hora y 50 minutos); la de espectáculos públicos (podrá estacionarse hasta cuatro horas); y la de prioridad residencial (sólo para los vecinos de la zona, que supondrán entre un 55% y un 75% del total de plazas existentes en cada barrio).

El alcalde explicó que la tramitación del nuevo contrato de gestión será declarada "de urgencia" para que pueda ponerse en marcha la implantación de las nuevas zonas el próximo 1 de marzo.

Efectos "perversos"

Según Gallardón, el SER ha tenido un "efecto muy positivo" en la ciudad, aunque reconoció que también se han producido otros "perversos". "Ha surgido lo que hemos denominado efecto frontera", explicó el alcalde. "Ha aumentado la demanda de aparcamientos en la vía pública en aquellos barrios fronterizos con las zonas del SER".

Gallardón reconoció que esta situación podría reproducirse con la extensión de los parquímetros, aunque dijo que la Concejalía de Seguridad -que tiene las competencias en materia de tráfico- cuenta con estudios que aseguran que "no se generará tanto ese efecto".

El alcalde considera que "pocos" conductores han sido disuadidos de entrar en la ciudad a causa de la implantación del servicio de estacionamiento regulado. "Tendría que establecerse una mayor implantación para que eso fuera así", aseguró. "Y para eso tenemos la intención de aumentarlo". También expresó sus dudas de que la medida haya favorecido al transporte público.