Las huelgas en Cercanías y en una empresa de autobuses afectan a 200.000 usuarios

El regreso al trabajo tras el puente se convirtió ayer en una odisea para decenas de miles de madrileños. La mayoría de ellos, unos 150.000 según Renfe, sufrieron las consecuencias de la huelga convocada por los maquinistas de Cercanías de la estación de Chamartín. Otros 50.000 usuarios, según CC OO, se toparon con la protesta de los conductores de Autobuses Llorente, concesionaria del transporte interurbano entre Madrid y las localidades del noroeste de la región. Los servicios mínimos se cumplieron excepto a primera hora de la mañana, cuando 46 trenes tuvieron que ser suspendidos.

Las protestas laborales retrasaron la llegada al trabajo de decenas de miles de empleados, que tuvieron que viajar en autobuses y vagones sobrecargados de viajeros. Otros usuarios no pudieron acudir a tiempo a la cita que tenían con su médico de la sanidad pública tras meses de espera. Y algunos, los que trabajan y cobran por horas, no pudieron cumplirlas y perdieron dinero.

La huelga en el servicio de Cercanías de Renfe empezó a la medianoche del pasado martes y se extenderá durante todo el día de hoy y mañana. Afecta, sobre todo, a las líneas que circulan por el norte de la región. Los peores momentos del paro de ayer fueron las primeras horas de la mañana, en las que fueron suspendidos 46 de los 120 convoyes que debían circular.

Esto, según admite Renfe, causó "aglomeraciones" y "grandes retrasos en los trenes" entre las seis y las ocho y media de la mañana, hora a partir de la cual el servicio empezó a normalizarse. Renfe acusó a "un grupo reducido" de maquinistas de "incumplir" los servicios mínimos.

La huelga está convocada por el sindicato de maquinistas SEMAF y afecta a los trabajadores con base en la estación de Chamartín, unos 800 según el sindicato. De ellos, la mitad trabaja en Cercanías, 250 en los servicios regionales y nacionales, y 150 en el transporte de mercancías. El seguimiento del paro, según SEMAF, superó el 70% de los maquinistas que debían trabajar.

El sindicato, sin embargo, no convocó a los maquinistas con base en Móstoles y la estación de Atocha. "Los compañeros de estas dos bases ya han alcanzado un acuerdo con la empresa para cubrir los puestos vacantes, según la nueva Ley del Sector Ferroviario. En nuestro caso, sin embargo, la empresa se niega a acercar posiciones", explicó un portavoz sindical.

Luis Calzado, gerente de Cercanías, negó sin embargo que éste sea el motivo de la huelga y lo atribuye a una lucha interna por el poder dentro del sindicato. Calzado añadió que los trabajadores en huelga reclaman un aumento del sueldo de entre 240 y 300 euros al mes, una condición no asumible para la empresa.

Autobuses Llorente

La segunda huelga de ayer fue la que llevaron a cabo los 280 conductores de autobús de la empresa Autobuses Llorente, que explota 21 líneas interurbanas en el eje de la carretera de A Coruña (A-6). Los servicios de la compañía transcurren desde el intercambiador de Moncloa hasta los municipios de Majadahonda, Las Rozas, Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte.

Esta huelga está convocada para las horas punta (de 6.30 a 9.30 y de 17.30 a 20.30). Empezó ayer y se repetirá hoy, mañana y los próximos días 7, 8, 9, 14, 15, 16, 21, 22, 23, 28, 29 y 30 de noviembre y el el 1, 12, 13, 14, 15, 19 y 20 de diciembre.

Según José Antonio Sanz Luján, delegado sindical de CC OO en la empresa, los servicios mínimos establecidos por la Comunidad de Madrid, del 50%, se cumplieron con normalidad. Esto, sin embargo, no evitó que algunos viajeros se quedaran sin viajar, ya que en "las cabeceras de Moncloa, Aluche y Las Rozas se llenaron los coches" y ya no pudo "entrar nadie más".

Los conductores protestan por "las muy malas condiciones de trabajo" que sufren, según CC OO. "La empresa nos impone plazos de tiempo imposibles de cumplir en los recorridos, lo que repercute en el servicio. Nuestros autobuses siempre van tarde y los usuarios se nos echan encima con toda la razón. Prestamos un servicio pésimo. Los retrasos son a veces de media hora y de una hora, y hay franjas horarias en que no pasan autobuses en dos horas", se queja Sanz Luján.

Éste añade que "los conductores se ven obligados a prolongar sus jornadas hasta 11 o 12 horas diarias, sin que cobren las horas extras. No pedimos un aumento salarial. Simplemente, que se nos paguen las horas extras que nos impone la empresa", añadió.

Otra razón que ha llevado a los conductores a la huelga es el "pésimo estado de limpieza y mantenimiento de los autobuses". Sanz Luján pone tres ejemplos: "Casi siempre que se estropea un autobús en el carril bus-VAO de la carretera de La Coruña, es de Autobuses Llorente, porque son los peores con diferencia. Hoy, por ejemplo, dos coches se han quedado sin frenos. Y también hoy, tras la noche de Halloween, muchos tenían impactos de huevos en los cristales que la empresa no ha limpiado".

La empresa Llorente no atendió ayer a ninguna de las llamadas realizadas por EL PAÍS para conocer su versión.

El Consorcio de Transportes, por su parte, confirmó que los servicios mínimos se cumplieron sin incidentes y que durante la huelga reforzará los servicios interurbanos próximos o coincidentes con las líneas afectadas. Éstas son las urbanas 1, 2 y 3 de Pozuelo de Alarcón y las interurbanas 561, 561A, 562, 563, 5644, 564A, 566, 567, 651, 651B, 652, 653, 654, 655, 656, 656A, 657, 657A y 658 que prestan servicio entre Madrid y las localidades de Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Las Rozas y Boadilla del Monte.