El análisis del Banco

El Banco de España se ha propuesto hacer un ejercicio de transparencia. El Servicio de Estudios, 75 años después de su creación, publica un libro al que se le asigna como objetivo la difusión de sus métodos de análisis, las técnicas y herramientas que se utilizan en el banco para realizar el diagnóstico de la situación económica y financiera de la economía española. Hay razones para confiar en la gran utilidad de esta obra, articulada en 19 capítulos, un prólogo y dos anexos.

La primera es precisamente esa larga experiencia acumulada por el servicio de estudios. Estabilidad, calidad del capital humano y medios materiales son condiciones necesarias para que una institución de esa naturaleza trabaje aceptablemente. Si a ello se le añade una muy buena dirección, el resultado no puede ser otro que ese bien ganado predicamento de la institución. No sólo en el apoyo de la toma de decisiones de política monetaria, cuando esta era una competencia propia del Banco de España, sino en el conjunto de las políticas económicas. Siempre se dijo con ironía que España asimilaría perfectamente esa exigencia de reconocimiento formal de la autonomía del banco central de los gobiernos, porque de hecho eran estos últimos los más dependientes del banco.

En el ejercicio de esa gran influencia la personalidad, calidad técnica y liderazgo intelectual de Luís Ángel Rojo (director del servicio entre 1970 y 1988, subgobernador hasta 1992 y gobernador hasta 2000) ha sido esencial. Uno hubiera esperado de él un prólogo más directamente vinculado a su rica experiencia en la institución. Encontramos en su lugar una excelente revisión de los cambios de enfoque en la definición de las políticas monetarias en el mundo, sin referencia alguna a la economía española.

La introducción al conjunto del libro, realizada por quien ha generado la iniciativa, el actual director del Servicio de Estudios, José Luis Malo de Molina, cumple esa función en alguna medida. Adicionalmente revisa muy bien los avances analíticos que ha realizado el Banco en estos últimos años, con especial atención a los que han jalonado la integración de España en la UEM. También nos presenta el conjunto de los trabajos, realizados casi todos por actuales titulados del servicio, con la excepción de los elaborados por Julio Segura, actual consejero ejecutivo del Banco, y José M. González Páramo, ex consejero ejecutivo del Banco de España y actual consejero del BCE. Ese criterio ha debido condicionar que otros excelentes profesionales que han pasado por el servicio de estudios, aunque ahora estén en otras áreas del banco, no hayan aportado su contribución. Agustín Maravall, José Viñals o Alicia García Herrero, son algunos de los exponentes de esa excelente proyección.

Tampoco se hace suficiente justicia a las contribuciones al análisis de la economía española de otros economistas e instituciones ajenos al Servicio de Estudios. De las referencias bibliográficas citadas el lector no especialista podría llegar a tener la impresión, muy distante de la realidad, de que no hay apenas trabajos de valor que no hayan sido elaborados por el personal de ese servicio. Los hay, y cada día más.

Son observaciones que no menoscaban la excelente calidad de esta obra, imprescindible para cualquiera interesado en el análisis riguroso de la economía española. Ojalá que otros bancos centrales hagan lo propio.