Atutxa, Knörr y Bilbao se muestran convencidos de que serán absueltos
El ex presidente de la Cámara vasca Juan María Atutxa y los otros dos miembros de la Mesa acusados de desobediencia por no disolver el grupo parlamentario heredero de Batasuna, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, abandonaron la sala de vistas con un mismo convencimiento: "Seremos absueltos".
Ayer fue el día reservado a las partes para presentar sus informes. Y a la fiscal jefe del Superior vasco, María Ángeles Montes, le tocó la papeleta más complicada, después de haber impulsado la acusación durante toda la instrucción y dejado a última hora solo al sindicato Manos Limpias. La fiscal no abandonó en ningún momento el tono de autojustificación para explicar su etapa acusadora. Reconoció que la Mesa no había dado cumplimiento a las resoluciones del Supremo. Pero dijo que "no ha quedado acreditado que la actuación de los acusados pueda ser considerada como una negativa abierta", ni que incurrieran en "desobediencia clara". Y que las "sospechas" que existían de la "confabulación" entre los acusados y los representantes de la Junta de Portavoces para hacer fracasar la resolución de Presidencia aprobada en la Mesa se habían visto "abocadas al fracaso". Manos Limpias, por contra, calificó esa resolución de "artificio" para dejar a salvo la responsabilidad de unos acusados que en todo momento mostraron un "propósito deliberado y un ánimo reiterado de incumplir la sentencia".
La defensa denunció que durante la causa sus defendidos han sido acusados de "cómplices" de ETA. Y concluyó: "Si no hay confabulación, no hay causa", porque los acusados "buscaron soluciones", como la resolución de Presidencia, para acatar el auto del Supremo.
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