"Las fuerzas extremistas obstaculizan el diálogo"

Yasir Abed Rabbo, 60 años, critica al Gobierno israelí por su nueva ofensiva contra los territorios palestinos y asegura con firmeza que "no hay proceso de paz".

Pregunta. ¿La nueva ofensiva militar israelí en Gaza pone en peligro el proceso de paz?

Respuesta. Para empezar, no hay proceso de paz. El objetivo de Ariel Sharon es pararlo, no empezar el proceso. Quiere mantener el control sobre Cisjordania y Jerusalén e impedir la instauración de un Estado palestino independiente. De hecho, ha iniciado la provocación con los últimos acontecimientos. Hace sólo dos semanas, Israel declaró que pararía los asesinatos de palestinos, después de algunos contactos desde Egipto, EE UU y Europa. Y hace unos días, Sharon empezó otra vez los asesinatos sin razón alguna. Quiere empezar de nuevo con el círculo de violencia. Paró los asesinatos, o declaró que los detendría, antes de la visita de Mahmud Abbas a Washington. Pero después, ha vuelto al mismo juego, al círculo de violencia que quiere mantener, porque así puede proclamar que no hay interlocutor ni proceso político. EE UU está facilitando este juego, porque puede pararle los pies, decirle que no puede seguir jugando con la sangre de ambos pueblos. Sharon quiere mantener Gaza como objetivo de sus represalias.

P. ¿Y los ataques suicidas de radicales palestinos?

R. Nosotros condenamos los ataques suicidas. Consideramos que juegan a favor de los intereses de Sharon. Ellos dicen que son represalias contra los asesinatos israelíes, pero siempre les hemos dicho que no hagan el juego a Sharon, que quiere impedir una solución política, y está aliado con las fuerzas militares extremistas de Israel.

P. ¿Y Hamás?

R. Hacemos lo que podemos para incorporarlos al proceso político. Hemos vivido una larga guerra civil bajo ocupación israelí. Si ellos concurren a las próximas elecciones y acceden al Parlamento, éste tendrá que tomar una decisión sobre las milicias, las armas y los grupos que intentan imponer su política a la sociedad palestina y a sus líderes. Yo creo que a través de un auténtico clima democrático podremos superar los métodos de las fuerzas extremistas, incluido Hamás, y no a través de la guerra civil, con la cual perderíamos todos, menos uno: la ocupación. Queremos el mandato del voto palestino para negociar el proceso de paz y no ir hacia la violencia. Para ello necesitamos apoyo de la ONU, de EE UU, de la UE y de Rusia. No hay otra opción. No podemos resolver internamente el problema por la fuerza.

P. Viendo la situación en los territorios palestinos y en Oriente Próximo ¿podemos hablar de un verdadero diálogo de civilizaciones?

R. Ese diálogo se ha producido y continúa produciéndose. Lo que está obstaculizando el diálogo es el trabajo de las fuerzas extremistas.

P. ¿Qué fuerzas?

R. Están en todo el mundo, en el Gobierno israelí, entre algunos militantes palestinos, en la sociedad estadounidense y dentro de la Administración de Bush. No hay un color de fuerzas extremistas ni pertenecen a una civilización concreta. Actúan para impedir el diálogo entre diferentes culturas y religiones, pero les es imposible en esta era de revolución tecnológica y de las comunicaciones. Lo que está pasando es que hay fuerzas extremistas en muchos lugares y proclaman el odio, no el entendimiento.

P. ¿De qué manera se puede luchar contra ellas?

R. No lo sé. Hay muchos medios. Yo creo que las fuerzas modernas, ilustradas, seculares pueden ayudarse mutuamente frente a esas fuerzas.