La verdad del cante
Tenía mal la garganta, y cantó como pudo. Pero Rubichi es de esa clase de cantaores que cantan bien aunque estén sin voz. Y, efectivamente, fue lo que nos ofreció: un cante sin poderío, con la voz apagada, luchando a brazo partido por poder darse un aliento mayor, sin conseguirlo.
Pero por esto precisamente cantó bien, con todo el cuerpo, agotadoramente. Y no rehuyó los cantes mayores, siguiriya y soleá, que hizo con sorprendente verdad. Singularmente el remate por siguiriya fue de antología, tuvo una grandeza que no nos atrevemos a calificar. Mimado por la guitarra de Curro de Jerez, quien dio una lección de magisterio, Rubichi se entregó al cante con el mismo entusiasmo que si estuviera en plenitud de facultades, haciéndolos con rigor ejemplar pese a su inferioridad de condiciones. Las cantiñas, el taranto, las bulerías...
Rubichi
Cante: Diego Rubichi. Toque: Curro de Jerez. Sala Juglar. Madrid, 25 de octubre.
Lo dicho, Rubichi es cantaor que lo hace bien hasta cuando no tiene voz, y la noche del martes nos dio una muestra extraordinaria de ello.
Babelia
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