Cientos de magrebíes protestan por el bloqueo de un buque a Orán

El bloqueo de los puertos no sólo comporta graves consecuencias económicas y el caos entre los pasajeros. A algunos ciudadanos se les agota la paciencia. En Alicante, entre 300 y 400 pasajeros, la mayoría norteafricanos, que esperaban ayer embarcar hacia Orán protagonizaron una protesta, con empujones y gritos, hasta que la policía les disolvió. En Tarragona, un pescadero esgrimió con violencia un cuchillo contra un grupo de pescadores que se manifestaban en el mercado.

Al no poder viajar, los pasajeros optaron por hacer presión con una sentada ante la puerta de la zona de embarque del ferry que debía transportarles a Orán.

La intensidad de la protesta, con empujones y gritos, obligó a la intervención de la policía, sin que se registraran heridos. Miembros del pasaje, la inmensa mayoría de origen norteafricano, denunciaron que llevan varios días a la espera de zarpar, con los consiguientes gastos en comida y alojamientos.

"La gente está cansada. Pasamos la noche sin comer y dormir", señaló ayer una ciudadana argelina que llegó el martes al puerto de Alicante desde Zaragoza. Los pasajeros regresan a sus hogares para celebrar los últimos días del Ramadán. Uno de los amotinados que dirigió la revuelta fue trasladado a la comisaría para su identificación.

La tensa situación obligó a la intervención del consulado de Argelia, que participó en las negociaciones con las dos consignatarias del servicio. Trasmediterránea, con 129 billetes vendidos, apuntó que financiará a los afectados. Y la compañía argelina, con 160 billetes vendidos, abonará a sus afectados una media de 40 euros por día de retraso.

Los incidentes se suceden. Salvamento Marítimo evacuó ayer a un niño de dos años del ferry Ciudad de Málaga que no podía entrar en el puerto de Almería. El niño necesitaba la administración intravenosa de un medicamento. Fue el único momento en el que los pescadores desbloquearon el puerto, informa Efe.

En Tarragona, la manifestación que protagonizaron 200 pescadores y sus familiares pudo acabar en tragedia. Tras la marcha, un grupo de pescadores se desplazó hasta el mercado central de la ciudad para exigir el cierre de las paradas a los vendedores de pescado. La mitad ni siquiera había abierto, porque sólo venden pescado de la costa de Tarragona y hace días que se quedaron sin género. Los marineros, procedentes de las cofradías de Tarragona y las tierras del Ebro, se dirigieron a uno de los puestos que estaba recogiendo y uno de los pescadores lanzó al suelo el hielo que mantiene fresco el género. La dependienta de la parada reaccionó abofeteando al pescador, pero el momento de máxima tensión se produjo cuando el responsable de una parada vecina esgrimió un cuchillo de grandes dimensiones contra los pescadores. La llegada de la policía evitó que la cosa llegase a más, pero muchos de los testigos afirmaron haber vivido un momento de pánico. No hubo detenciones.