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Condenado a 26 años el hombre que atropelló cinco veces a su esposa

Encarnación Rubio fue la primera maltratada asesinada a pesar de tener orden de protección

El hombre que mató a la primera mujer víctima de la violencia doméstica en España a pesar de tener una orden de protección del que acabó siendo su asesino ha sido sentenciado a 26 años de cárcel. La Audiencia de Granada ha impuesto esa pena a Francisco Jiménez por asesinar con alevosía a su esposa, Encarnación Rubio, a la que atropelló cinco veces con su coche el 31 de marzo de 2004 mientras trabajaba como barrendera en Cúllar-Vega (Granada).

El asesinato de Encarnación, en el que el tribunal aprecia la agravante de alevosía, se castiga con 18 años de prisión. A ese delito, la Audiencia suma una tentativa de homicidio, ya que en una de las cinco veces que el condenado atropelló a la víctima, arrolló al mismo tiempo a un peatón que había acudido en su auxilio. Jiménez cometió además un tercer delito de maltrato habitual contra su esposa y sus tres hijos que, según su relato, vivían "en un estado de agresión permanente en el domicilio familiar". La vulneración del alejamiento se castiga con una multa de 3.600 euros.

Encarnación denunció a su marido el 22 de enero de 2004 en un juzgado de Santa Fe (Granada) tras una fuerte discusión. Seis días después, el juez acordó una orden de protección que obligaba al maltratador, entre otras medidas, a no acercarse a menos de 100 metros de su víctima o su domicilio. El 6 de febrero, Jiménez la incumplió por primera vez al entrar en su vivienda escalando un andamio. El segundo quebrantamiento se produjo para consumar su crimen.

El relato de los hechos cuenta cómo el asesino se acercó con su vehículo hasta el lugar en el que la víctima trabajaba para mantener una conversación sobre "unas ropas que le pertenecían", después de la cual se marchó. Tras dar una vuelta por las inmediaciones, volvió y la embistió por primera vez.

"Francisco, tras mirar atrás y comprobar que Encarnación se levantaba, dio marcha atrás hasta atropellarla de nuevo", continúa la sentencia. Tras caer ésta por segunda vez al suelo, "dando marcha atrás y adelante", pasó por encima de ella "dos o tres veces" más y, cuando parecía que emprendía la huida, apareció de nuevo en el lugar para llevarse por delante por quinta vez a su mujer y, de paso, a un vecino que intentó ayudarla.

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