Hijos del exilio
Amadeu Cuito, Núria Pi-Sunyer, Cristian Aguadé y Anna Maria Prat hablan de su experiencia en Francia, el Reino Unido y Chile
"Yo no he sido un desterrado o exiliado", empezó Amadeu Cuito. "No hacíamos nada a largo plazo porque el tío siempre decía: 'El año que viene volvemos", explicó Anna Maria Prat. Son dos visiones contrastadas de dos de los hijos del exilio que protagonizan esta semana un ciclo de charlas en La Virreina con motivo de la exposición Literatures de l'exili, que se puede ver en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.
Si para Cuito, que era hijo del director general de Industria de la Generalitat Ferran Cuito y llegó a Francia con tan sólo dos años, algunas de las experiencias de esa época son "más pintorescas que dramáticas", Núria Pi-Sunyer, hija del consejero de Cultura de la Generalitat, tiene un recuerdo quizá más duro, aunque con periodos buenos: "Tener 15 años en París es algo muy bello (...). Siempre te preguntaban cómo habías hecho la retirada y yo tenía cierto sentimiento de culpa porque cuando la retirada ya estaba en Francia", explicó. Pasó la frontera con su madre y sus hermanos unos meses antes del fin de la Guerra Civil. "El presidente Lluís Companys quería a los consejeros libres para actuar e hizo que las familias salieran del país". La primera estación -antes de llegar a París, a Londres durante la II Guerra Mundial y a Venezuela después- fue Tolosa, en una casa situada "enfrente del prostíbulo más popular del Languedoc", explicó Núria Pi-Sunyer, que hizo reír al público cuando añadió que el hecho de que todo el mundo la compadeciera por un vecindario tan poco adecuado la ayudó a comprender algunas cosas de la vida.
Anna Maria Prat, hija y sobrina de los escritores Joan Prat (su seudónimo era Armand Obiols) y Francesc Trabal, llegó a Chile con nueve años y se quedó a vivir allí para siempre. Como el hijo del alcalde de Barcelona Jaume Aiguader, Cristian Aguadé, que hizo fortuna en el negocio de los muebles. Separada del padre, que vivía en Europa con Mercè Rodoreda, Prat habló de Trabal, que acabó sus días sumido en una profunda tristeza: "Era un hombre muy activo pero a partir de 1952 se empezó a cerrar. Quería mucho a Chile, pero se sentía de visita. Y cuando uno está de visita no acaba de sentarse cómodamente".
Hoy, a las 19.00, continúa el ciclo con Martí Soler, Tessa Calders y Víctor Hurtado, y el jueves, a las 22.00 y en el CCCB, Montserrat Carulla y Joan Margarit leerán una selección de textos y Julià Guillamon guiará una visita por la exposición.
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