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Chaves elogia la jurisprudencia del TC en autonomía territorial

El presidente andaluz, Manuel Chaves, tildó ayer de "impecable" la jurisprudencia del Constitucional en materia de derechos fundamentales, y de "equilibrada" en materia de autonomía territorial, y subrayó que el desarrollo del Estado constitucional no hubiera sido posible sin el Alto Tribunal.

En su intervención en el acto de inauguración de la Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional, que se celebra ayer y hoy en la sede del Parlamento de Andalucía, Chaves resaltó que en los últimos veinticinco años se ha podido constatar el "vigor" de la justicia constitucional, de la que dijo que cumple "un insustituible papel".

"En España, todos coincidimos en que el Tribunal Constitucional es una de las piezas fundamentales en el equilibrio de poderes del Estado del que nos hemos dotado", dijo Chaves, quien agregó que el Alto Tribunal ha desempeñado una función como tal "desde el inicio de su andadura cumpliendo el mandato constitucional de proteger la supremacía de la Constitución y depurar del ordenamiento jurídico las normas contrarias a la Carta Magna".

Subrayó, además, que el control de la constitucionalidad mediante la justicia constitucional es una pieza fundamental de la democracia moderna, ya que "sin una justicia constitucional, regulada por la Constitución y las leyes, la Constitución sería papel mojado, sin importancia, porque no existiría un instrumento de su defensa y cumplimiento".

Destacó que en Iberoamérica también se han desarrollo un conjunto de modelos de control de constitucionalidad que "desbordan el estrecho marco conceptual de los modelos tradicionales, de control difuso o concentrado, generándose sistemas mixtos con distintas dosis de ambos modelos originarios o desarrollando fórmulas originales".

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En todo caso, según Chaves, la justicia constitucional ha sido y es "un importante factor de impulso y consolidación de la democracia en Iberoamérica", donde en determinadas ocasiones, y fruto de la singularidad del contexto político, la justicia constitucional ha debido convertirse en "el último baluarte de la defensa e incluso de la supervivencia del Estado democrático".

"Ello sólo puede explicarse por el coraje cívico y las convicciones profundamente democráticas de sus miembros", recalcó. Por otra parte, señaló que en el nuevo escenario mundial Iberoamérica "debe fortalecerse como Comunidad de naciones, hacer oír su voz en el concierto internacional y poner sobre la mesa sus intereses y aspiraciones".

Se refirió a la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Salamanca para subrayar que "los problemas de desarrollo son en gran parte problemas de libertad y de democracia", y se mostró convencido de que los tribunales y Cortes constitucionales de Iberoamérica tienen un papel "especialmente relevante".

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