Una concejal del PP en Vizcaya recibe amenazas de muerte

La portavoz y única concejal del PP en el Ayuntamiento de Sondika (Vizcaya), Nerea Alzola, recibió el pasado fin de semana amenazas de muerte del entorno proetarra en su domicilio familiar en Bilbao, en el que los radicales colocaron además un artefacto simulado. Los desconocidos destrozaron el buzón de la vivienda y le dejaron una amenaza de muerte en la que le decían que "tuviera cuidado" y que la "iban a enterrar".

Los hechos se registraron los pasados días 15 y 16, según recogen sendas denuncias presentadas ante la Ertzaintza que ayer reveló el presidente del Partido Popular vizcaíno, Antonio Basagoiti. Además de los destrozos y de las amenazas, los proetarras colocaron junto a la puerta del ascensor del inmueble unos sacos dados la vuelta simulando un artefacto explosivo, lo que obligó a agentes de la Ertzaintza a desplazarse hasta el edificio y comprobar que se trataba de una falsa alarma.

Basagoiti subrayó que su formación alberga un "temor cierto" a que los acosos, ataques y agresiones a los cargos públicos populares "aumenten en el futuro", en la medida en que, a su juicio, desde que "el entorno de ETA tiene la esperanza de negociar, están mucho más envalentonados".

El dirigente popular aprovechó su comparecencia para criticar la política del Gobierno, pues ha "levantado el pie del acelerador" en lo relacionado con la lucha contra el entorno de ETA, lo que "ya están empezando a pagar algunos sectores de la sociedad vasca", como su edil en la citada localidad vizcaína. "Nos están poniendo en el disparadero aquéllos que están defendiendo la negociación con ETA", censuró Basagoiti.

Alzola, quien también es portavoz de las juventudes del Foro de Ermua, asegura que el acoso en su contra comenzó hace ya tres años, tras participar en una tertulia política en un medio de comunicación. Desde entonces, afirma, ha recibido amenazas escritas "constantes", además de pintadas con su nombre y frases como "Te vamos a enterrar" o "Eres la culpable de la represión en Euskal Herria".

Presos de ETA

La concejal, que dijo que su vida se ha vuelto "totalmente imposible", apostilló: "Estamos en una época de esperanza para los terroristas y de aniquilación de los derechos fundamentales. Si ahora tienen un colegueo con el Gobierno, éste debe saber que está menguando los derechos fundamentales de muchos ciudadanos vascos".

Mientras, Patxi Zabaleta, coordinador general de Aralar, la formación abertzale escindida de Batasuna por su rechazo a la violencia terrorista, aseguró ayer que "muchos" miembros del colectivo de presos de ETA "siguen las ideas que propugna" su formación, aunque precisó que no ha cuantificado dicho apoyo.

"El colectivo [de presos de ETA] no es un ente político que deba ser considerado como tal", sino que hay que considerar a sus componentes de forma individual, resaltó Zabaleta en una entrevista concedida a la emisora pública Radio Euskadi. "Reducirlas a miembros del colectivo no nos parece que mantiene la dignidad de la que son acreedoras cada una de ellas", añadió.

Zabaleta reiteró que la dispersión de los reclusos de la banda "evita y obstruye cualquier evolución en la forma de pensar de estas personas".

El coordinador general de Aralar apostó por que los partidos apoyen un proceso de normalización política "que dé origen" a que la banda terrorista "vuelva a la tregua de la que nunca debió salir y se comprometa con ella de manera duradera y estable".