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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Maragall rechaza la petición de Mas de convocar elecciones para resolver la crisis

El líder de CiU acusa al presidente catalán de pensar sólo en su supervivencia política

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, no se someterá a una moción de confianza en el Parlamento catalán ni prevé un adelanto de las elecciones autonómicas, como le reclamó insistentemente ayer el líder de CiU, Artur Mas. El jefe de la oposición consideró que Maragall no tiene otras salidas después de ser "desacreditado" por los propios partidos que le sustentan al frenarle su prevista remodelación del Gobierno. El presidente se esforzó en minimizar la crisis, que limitó a un simple reajuste gubernamental, y que consideró lógica en un Ejecutivo de coalición.

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No hubo ayer en las palabras del líder de Artur Mas la anunciada "carnicería" contra Pasqual Maragall que pregonaban en la víspera sus asesores. Pero el jefe de la oposición, en su discurso de la segunda jornada del debate de política general en el Parlamento catalán, fue demoledor en los adjetivos que utilizó para describir la situación en que han quedado, a su juicio, Maragall y el Gobierno catalán tras la tormenta política de los últimos días.

Mas habló de presidente inhabilitado, cuestionado por su propio partido y por los que le apoyan parlamentariamente; falto de liderazgo; sin iniciativas ni credibilidad; desacreditado y debilitado. Y todo, aseguró el jefe de la oposición, porque Maragall "no piensa en Cataluña" sino en su propia "supervivencia".

El líder de CiU describió una situación política de "desconfianza, degradación y anormalidad institucional" en Cataluña después de que las formaciones del tripartito -PSC, Esquerra e Iniciativa- frenaran a Maragall su reestructuración del Gobierno.

Semilla de desencuentros

Este hecho demuestra, a juicio de Mas, que en el Ejecutivo catalán no manda el presidente, sino esas tres formaciones políticas. Una consecuencia natural, aseguró, del Pacto del Tinell, que "no fue un pacto para gobernar Cataluña sino para repartirse el poder entre los tres partidos", aseguró. El líder de CiU achacó a ese acuerdo la semilla de todos los desencuentros que han sacudido el Ejecutivo catalán.

La crisis, por tanto, ha conducido a una "pérdida de confianza" del tripartito hacia Maragall y de éste hacia su Gobierno, agregó Mas. "Usted ha descuartizado su Gobierno. Es un Gobierno cesado", dijo y, como consecuencia, la acción del tripartito, para el líder de CiU, ya no se puede enderezar.

Para Mas, el presidente de la Generalitat sólo tenía tres salidas a la crisis. La primera, imponer su opinión y presentarse al debate de política general con una nuevo reparto de carteras. La segunda, someterse a la cuestión de confianza. Y la tercera un adelanto electoral, que consideró la más adecuada pese al compromiso de no anticipar los comicios mientras se tramita el Estatuto en las Cortes. "Le pedimos fortaleza y carácter. Cataluña no acaba ni empieza con el tripartito. Tampoco con Convergència i Unió. Demos, por tanto, si no hay otra solución, la palabra al pueblo y aceptemos su veredicto. En la situación actual, no hay nada más necesario, más urgente y más consecuente", concluyó Mas.

Pasqual Maragall salió a la tribuna y rechazó someterse a la cuestión de confianza y convocar elecciones anticipadas. Porque no existe, en su opinión, esa crisis que denunció la oposición nacionalista. Si acaso, dijo, crisis en la concepción que este término tiene en los ámbitos políticos europeos, es decir, de reestructuración gubernamental. "Usted confunde crisis de Gobierno con remodelación del Gobierno", le respondió. Y esa última sí la va a llevar a cabo, reiteró, en las próximas semanas, en una fecha indeterminada.

"Ahora quiero darle un nuevo impulso [al Gobierno] y lo daré. Los tres partidos podemos tardar unos días en ponernos de acuerdo sobre las propuestas que les haré, pero ya me conocen. No soy impaciente, pero soy perseverante. Tendremos nuevo Gobierno", proclamó en medio de fuertes rumores procedentes de las bancadas de la oposición y de la izquierda.

Defensa de la credibilidad

El presidente recordó que su antecesor, Jordi Pujol, realizó un total de 23 cambios de carteras, y eso a pesar de que el suyo no era un Gobierno de coalición. "El tripartito es la primera experiencia histórica en Cataluña de una coalición política de gran alcance", comentó. Y negó que "el prestigio y la credibilidad" de la Generalitat y del Gobierno estén "en juego".

Maragall no se abstuvo de ridiculizar la petición de Mas: "Su petición de moción de confianza hacía falta para completar la panoplia de despropósitos de moción de censura del señor Piqué retirada, y de la querella de CiU, también retirada [por el escándalo del 3%]. Y podría añadir, como lúcido antecedente, el despropósito y la desconsideración institucional de la no respuesta de Jordi Pujol a la moción de censura que presenté reglamentariamente".

Artur Mas, sorprendido por el hecho de que, a su juicio, Maragall no había "entendido nada", le recordó que Pujol siempre pudo acometer todos los reajustes gubernamentales que se propuso. "Y usted no", remachó. Por su parte, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, arrancó su intervención con un contundente: "Usted señor Mas critica el Pacto del Tinell porque añora el del Majestic", por el cual se fraguó el acuerdo de gobernabilidad entre CiU y el PP.

Todavía más duro se mostró el popular, Josep Piqué, quien sólo reconoció a Maragall "el mérito de haber aumentado la cohesión del tripartito: todos los grupos del Gobierno están en su contra", afirmó. Por este motivo y por el "ridículo" en que, según él, se encuentran inmersas las instituciones catalanas, volvió a pedir la dimisión del presidente.

Mas interviene en el pleno dirigiéndose a Maragall durante el debate.
Mas interviene en el pleno dirigiéndose a Maragall durante el debate.TEJEDERAS

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