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La lluvia, las obras y un accidente colapsan los accesos a la capital en plena hora punta

Los conductores tuvieron que soportar por la mañana 90 kilómetros de retenciones

F. Javier Barroso

Los accesos a la capital se convirtieron en una auténtica ratonera para los conductores que entraban en Madrid. Las carreteras sufrieron atascos que sumaron hasta 90 kilómetros. La lluvia caída a primera hora de la mañana, las numerosas obras que hay en la capital y un accidente en el nudo de Manoteras colapsaron las entradas a la capital, que no lograron recuperarse hasta media mañana, después de que miles de madrileños llegaran tarde a sus puestos de trabajo. La desesperación y el agobio de haber pasado horas para avanzar unos metros se adueñaron de muchos de ellos.

Todos los elementos necesarios para que se produjera un colapso circulatorio en la capital se dieron a la vez. La lluvia que cayó durante toda la noche hizo que miles de conductores optaran por el vehículo privado para dirigirse a sus puestos de trabajo, lo que motivó un mayor uso de las carreteras. A ello se unieron los numerosos desvíos que sufre la principal vía de comunicación de Madrid, la M-30.

El último ingrediente de este cóctel de tráfico y retenciones se produjo a las 6.45, cuando un accidente entre varios vehículos a la altura del Nudo de Manoteras acabó de transformar la situación en un caos circulatorio. Este choque, que no tuvo consecuencias importantes y sólo provocó problemas de chapa, supuso que los conductores procedentes de la autovía de Burgos (A-1) y del aeropuerto de Barajas (M-11) no pudieran incorporarse a la M-30, según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Eje de la Castellana

El problema se fue extendiendo como un reguero de pólvora por la ciudad. Los que querían ir a la zona norte por el interior de la ciudad se toparon con que la circulación no se movía. El atasco se fue intensificando por el paseo de la Castellana, Prado, Recoletos y hasta el paseo de las Delicias.

Eso motivó que el principal eje interior de la capital no se moviera, con las fatales consecuencias para las calles que desembocan en estos viales. Los conductores procedentes de la calle de José Abascal se vieron con el paso hacia la calle de María de Molina prácticamente cerrado. Los agentes de Movilidad se afanaron durante toda la mañana en que los automovilistas no bloquearan los cruces y pudieran circular a través de ellos los que querían atravesar el eje.

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Idénticos problemas se vivieron en la avenida de la Ilustración, ya que los conductores no podían seguir su camino por el problema del Nudo de Manoteras. En la plaza de Fernández Ladreda, una avería del Canal de Isabel II obligó a los conductores a desplazarse hasta la plaza Elíptica para entrar en la A-42 y en el paseo de Santa María de la Cabeza.

La M-30 vivió "una mañana normal" con los tradicionales atascos, pero no se vio agravada por el resto de retenciones, según un portavoz del Ayuntamiento de Madrid.

Pero los verdaderos problemas se produjeron en casi todas las vías de acceso de la región. Según la DGT, se registraron 90 kilómetros de atascos. La M-40 se llevó la peor parte. Con diferencia. Los puentes bajo el monte de El Pardo, la incorporación desde la carretera de Colmenar, el Nudo Supersur o la entrada por la autovía de Toledo (A-42) sumaron retenciones de 26 kilómetros a las 8.30 de ayer. "Cuando intento buscar un itinerario alternativo, te enteras por la radio de que todas las posibles alternativas están también colapsadas y que no tienes oportunidad de evitar esta encerrona. No hay derecho a tantos problemas de circulación", señaló una conductora afectada por los problemas de la M-40

La autovía de Burgos (A-1) registró seis kilómetros de retenciones en Alcobendas, mientras que la carretera de Barcelona (A-2) tuvo retenciones en el puente de San Fernando de Henares (seis kilómetros) y en Alcalá (cinco kilómetros).

La autovía de Toledo (A-42) sufrió problemas en Parla (seis kilómetros) y en Getafe (cinco). La autovía de Extremadura (A-5) tuvo grandes retenciones desde el barrio de Campamento hasta la entrada de la capital. Las obras de soterramiento de la avenida de Portugal y los desvíos continuos de la circulación junto con la lluvia se tradujeron en largas retenciones.

Los automovilistas de la autovía de A Coruña (A-6) se toparon con retenciones en la conexión con la M-40 (cuatro kilómetros) y otros seis al entrar en la capital, entre Pozuelo de Alarcón y el barrio de La Florida. La carretera de Colmenar Viejo (M-607) también tuvo muchas complicaciones durante toda la mañana. En las proximidades de Colmenar se vivieron siete kilómetros de atascos, que se convirtieron en otros 11 en la intersección con la M-40.

Otras vías

Otras vías que no suelen tener problemas normalmente también se vieron salpicadas por tráfico muy lento. Se trata de la M-501, también conocida como carretera de los pantanos, en su intersección con la A-5, en Alcorcón, según datos de Tráfico. Y la M-503, a lo largo de dos kilómetros en Pozuelo de Alarcón, según DGT.

Hasta bien avanzada la mañana no quedaron resueltos los problemas de tráfico. A las 10.30 aún había más de 40 kilómetros de retenciones. Eso sí, no tenían la intensidad de tráfico que las producidas a primera hora de la jornada. Según Tráfico, este compendio de atascos duró hasta las 11.30.

El vehículo que causaba problemas en el Nudo de Manoteras no fue retirado hasta las 8.55 de la mañana, más de dos horas después de producirse el choque.

Las paradas de los autobuses también estuvieron repletas de viajeros que esperaban a un transporte público que ayer se caracterizó por las demoras. Muchos pasajeros intentaron llegar a sus puestos de trabajo a través del metro, que tuvo un índice muy alto de usuarios.

Cortes nocturnos en la M-30

Los conductores que tengan que circular por la vía de circunvalación M-30 de madrugada van a encontrar hasta el próximo viernes cortes nocturnos en la zona sur de esta vía. El asunto no es otro que el desmontaje de una pasarela peatonal a la altura del estadio Vicente Calderón, según un portavoz del Ayuntamiento de Madrid.

Los trabajos comenzaron la madrugada de ayer martes y se prolongarán hasta el próximo viernes. Consisten en demoler un paso de peatones a la altura del kilómetro 14,800.

Los dos primeros días han supuesto el corte del anillo exterior de la M-30 entre la medianoche y las seis de la madrugada. El tráfico rodado en este tramo ha sido desviado hacia la calle de Antonio López, en el distrito de Carabanchel.

Los cortes continuarán el jueves y el viernes. En este caso, afectarán a la calzada interior de la M-30 (la que sigue el sentido de las manecillas del reloj). La circulación será desviada en los mismos horarios que los días precedentes, según el portavoz del Ayuntamiento.

En lugar de circular por la M-30, los conductores serán desviados por el paseo de la Chopera (Arganzuela).

"Es de esperar que los problemas a esas horas sean muy pocos, ya que la densidad de circulación baja mucho. Quizá haya más incidencia hasta la una o las dos de la madrugada, pero luego bajará", señaló el portavoz municipal.

Los desvíos estarán señalizados y habrá personal de las obras de soterramiento de la M-30 para indicar a los conductores el trayecto que deben seguir.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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