Cinco plantas de automóviles quedaron desabastecidas
El sector de fabricación de coches fue el que más problemas tuvo ayer con la huelga de transportistas. El modelo de producción implantado desde hace una década en las principales factorías denominado entrega al momento (just in time) hace que las cadenas de montaje no tengan apenas reposición de piezas para contingencias como una huelga de transportistas como la que cumplió ayer su segundo día.
A la paralización de las plantas de Mercedes en Vitoria (hoy reanuda su producción) y la de PSA Peugeot-Citroën de Vigo, que ya anunciaron en la noche del lunes, se sumaron ayer las cadenas de montaje de Renault en Valladolid y de Palencia, aunque la factoría de cajas de cambio de Sevilla de esta firma funcionó con normalidad. La fábrica de Vigo tenía previsto recuperar hoy la actividad. También por la noche paralizó la producción en la fábrica de Opel en Figueruelas (Zaragoza).
Nissan paró el turno de noche y tenía previsto parar los dos turnos de hoy por falta de componentes. El paro afectará a 2.160 trabajadores de los 4.445 de Zona Franca. Las plantas de Ávila, Cantabria y Madrid de Nissan tenían suministro de componentes para dos días más.
La planta de Seat, filial de Volkswagen, funcionó con normalidad, ya que la empresa había planificado la producción por el paro. También la factoría de Ford en Almussafes (Valencia) mantuvo su actividad normal, aunque la empresa calcula que tiene componentes para dos días más.
Expedientes
Juan Antonio Fernández Sevilla, presidente Anfac, la patronal de fabricantes de coches, mostró ayer la preocupación del sector por esta huelga y recordó que los mecanismos productivos actuales de la industria constructora de coches obligan al suministro en tiempo real y si se rompe la cadena se para el proceso.
Fernández Sevilla eludió cuantificar el impacto económico, pero sí advirtió de que, si se prolonga, los fabricantes pueden verse abocados a solicitar expedientes de regulaciones de empleo o a establecer turnos extraordinarios para compensar la caída de la producción de los últimos días. El sector, que este año está sufriendo una merma del 10% en la producción sobre el año pasado, puede también rebajar su nivel de competitividad.
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