Asesinado a tiros el vicepresidente de Calabria durante las primarias de la oposición italiana

Romano Prodi fue elegido ayer por casi tres millones de italianos como rival de Silvio Berlusconi en las próximas elecciones generales. Las primarias del centro-izquierda alcanzaron un éxito inesperado, con una participación que provocó colas en las más de 10.000 urnas distribuidas por todo el país y varias ciudades del extranjero. Los primeros recuentos, a medianoche, atribuían a Prodi el 70% de los votos. La jornada quedó enlutada por el asesinato del político moderado Francesco Fortugno, vicepresidente del Consejo Regional de Calabria, tiroteado después de depositar su papeleta. Las primeras investigaciones se orientaron hacia la poderosa mafia local, la llamada Ndrangheta.

Fortugno, de 54 años, cirujano y profesor de medicina, cumplía su segunda legislatura como diputado regional de Calabria y ocupaba una vicepresidencia en el gobierno calabrés. Hacia las cinco de la tarde fue a votar a uno de los dos improvisados colegios electorales de su ciudad, Locri, instalado en pleno centro urbano.

Tras depositar la papeleta en la urna se quedó charlando con dos personas. Estaba aún dentro del colegio cuando, según diversos testigos, dos hombres con el rostro cubierto llegaron a bordo de un automóvil a la puerta del edificio. Uno de ellos entró, se acercó a Francesco Fortugno, le disparó a quemarropa cinco balas de calibre 9 y corrió al exterior, donde desapareció junto a su compañero. No hubo palabras entre asesino y víctima. Fue una ejecución fría y profesional. La policía carecía de pistas concretas anoche, aunque trabajaba sobre la hipótesis de una venganza mafiosa.

El dirigente calabrés había formado parte de la Democracia Cristiana y del Partido Popular antes de integrarse en su actual partido, La Margarita, y nunca fue sospechoso de mantener contactos con la Ndrangheta, ni de oponerse a ella con especial tesón. Su biografía, en principio, no ofrecía ninguna explicación a un asesinato de tipo mafioso. El líder de La Margarita, el ex alcalde de Roma Francesco Rutelli, condenó el "crimen contra la democracia" ocurrido en Locri. El ministro de Agricultura, Gianni Alemanno, de la derechista Alianza Nacional, habló en cambio de "un episodio grave e inquietante aparentemente conectado con el crimen organizado" y añadió: "Si la mafia apunta a los más altos vértices institucionales, hemos llegado a niveles muy peligrosos".

A la espera de conocer mejor las circunstancias del asesinato, los dirigentes de La Unión, la coalición del centro-izquierda, hicieron piña en torno a Romano Prodi e intentaron que el suceso no desvirtuara el respaldo popular a su candidato a la presidencia del Gobierno. Prodi calificó la jornada de "maravillosa" por la respuesta de los electores, casi tres millones, y aseguró que todos los participantes en las primarias habían expresado su rechazo a Berlusconi. Il Cavaliere, por su parte, ironizó sobre la elección de su rival para las elecciones de primavera: "Sólo pueden ganar así, cuando votan sólo los suyos", dijo Berlusconi.

Los resultados definitivos iban a ser anunciados hoy a mediodía, aunque la victoria de Prodi parecía muy clara. Faltaba ver el número de votos de los otros seis candidatos. Uno de ellos, Clemente Mastella, democristiano, líder del Partido Popular-Udeur, anunció su retirada y su ruptura con La Unión a causa de presuntos amaños electorales en su contra.

El sábado, mucho antes de que se empezara a votar, Mastella declaró al Corriere della Sera que en su circunscripción sureña no había suficientes papeletas, que en otra había ya urnas repletas con papeletas a favor de Prodi y que todo el proceso era "una farsa". "Me considero fuera de La Unión", declaró. Anunció además que en el Senado pensaba votar a favor de la reforma electoral impulsada por Berlusconi para dificultar la victoria del centro-izquierda.