Alejandro Tapia despliega en San Sebastián toda su pasión artística por los paisajes
El pintor guipuzcoano expone casi una treintena de pinturas y esculturas en una galería
Alejandro Tapia (Usurbil, 1930) ha consagrado toda su vida a la creación plástica; primero, durante 15 años, como empleado de un taller de arte religioso y luego, tras ganar en 1962 el Certamen de Navidad, como pintor y escultor. Su obra, figurativa en sus inicios, ha ido virando hacia la abstracción y un mayor colorismo. Lo único que ha permanecido inalterable es su pasión por los paisajes, como puede verse en la exposición que presenta en la Galería Ekain de San Sebastián (Iñigo, 4) hasta el 15 de noviembre. Allí muestra 28 pinturas y cinco esculturas recientes (cuatro en madera y otra en hierro).
"En realidad, toda mi trayectoria ha sido un camino de aproximación al paisaje", explica este artista, quien durante una época se dedicó a pintar caseríos deshabitados. "Empecé con vistas panorámicas y luego fui poco a poco acercándome más a la naturaleza, que es lo que más me gusta", dice. En ese proceso de acercamiento, el autor, siempre ajeno a influencias y modas, fue dejando el realismo en favor de paisajes menos reconocibles, eso sí, "sin llegar a la abstracción", como se encarga de subrayar. "En todo caso, no hay ruptura entre lo figurativo y lo abstracto".
Tapia prepara ahora una antológica con más de cincuenta piezas que ilustrará en diciembre en el Palacio Zabala de Tolosa y después en la Ciudadela de Pamplona todo este recorrido pictórico, nada cerebral. De hecho, si hay algo que le ha servido de guía ha sido su convencimiento de que "el arte tiene que ser ante todo emocional". "La sensibilidad siempre tiene que ir por delante", advierte.
El artista, quien hacía nueve años que no exponía en San Sebastián, pinta a veces al natural. Otras, convierte en cuadros pequeños apuntes realizados entre las paredes de su estudio de Aguinaga, en pleno campo. "Siempre he vivido aquí y eso me ha marcado", explica. ¿De ahí nace su amor por la naturaleza? "Sí, soy de caserío", argumenta.
Tapia ha dedicado toda su vida a la pintura, pero no se aburre y aún conserva además la capacidad para sorprenderse. "El arte es un misterio. A veces te salen obras que te dejan aturdido", concluye.
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