EE UU no logra el apoyo de Rusia contra los planes nucleares de Irán

La inesperada visita de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, a Moscú -quien ayer mantuvo reuniones con su homólogo Serguéi Lavrov y con el presidente Vladímir Putin- estuvo centrada en las aspiraciones nucleares de Irán, pero también se trataron los problemas de posibles nuevas bases de Estados Unidos en Asia Central y de Oriente Próximo.

Rice no logró obtener el apoyo de Moscú para llevar el problema nuclear iraní al Consejo de Seguridad de la ONU. Pero, según expertos rusos, no está claro que en estos momentos Estados Unidos realmente quiera imponer sanciones al régimen de Teherán y abrir un nuevo frente en el mundo musulmán, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia en Irak, y que se contentaría con que el Kremlim presionara a Irán para que vuelva a la mesa de negociaciones con Alemania, Francia y Reino Unido.

Rusia, por su parte, insiste en la necesidad de que Irán colabore con el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y sostiene que tiene una posición común con EE UU: "No permitir que surjan nuevas potencias nucleares en el mundo". "Respetando el derecho legítimo de Irán a trabajar en la esfera del átomo pacífico, hay que conseguir que dichos trabajos se realicen de tal manera que no creen riesgo para el régimen de no proliferación".

Rice declaró que los planes de Rusia con respecto a la central de Busehr, que está construyendo al sur de Irán, pueden ir adelante siempre y cuando "Irán cumpla con las condiciones de devolución del combustible nuclear utilizado".

La secretaria de Estado norteamericana insistió en que existe la posibilidad de "recurrir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", aunque subrayó que todavía es posible encontrar una solución en la mesa de negociaciones. Rice señaló que Teherán no tiene necesidad de crear su propio programa nuclear pacífico, punto en el que Moscú discrepa.